Juan Carlos Cornelis, delegado insular del tiro con arco y arquero del Eivissa Patrimoni. | Toni Escobar

El pasado fin de semana, Juan Carlos Cornelis (Eivissa, 1984) se proclamó campeón de España de Clubes en arco compuesto junto a sus compañeros del Eivissa Patrimoni de la Humanitat, Miguel Ángel Escandell, Luis de Francisco y José Raúl Riera. Finalizada la temporada para los arqueros ibicencos, hacemos balance con quien también es delegado insular de este deporte.

—Las cuatro medallas ibicencas en la Liga Nacional de Clubes han sido la mejor manera de despedir el curso?

—Sin duda, junto con el papel de Iván Marí en el Europeo júnior, que estuvo cerca de las medallas. En la Liga Nacional, el Santjosep.net llevaba nueve Copas de la Reina consecutivas y esta vez ha sumado la plata en compuesto y el bronce en recurvo, mientras que el doble oro del Eivissa Patrimoni ha sido la guinda a un año muy bueno.

—¿Se cierra así una nueva campaña trufada de éxitos?

—Quizás no ha sido un año con un gran éxito muy destacado, pero creo que ha sido una temporada redonda porque todos los arqueros de todas las categorías han vuelto a Eivissa con alguna medalla colgada del cuello. Menores de 14 años, cadetes, júniors y arqueros absolutos han subido al podio. Estamos en una isla pequeña y a veces cojeamos en alguna categoría, pero este año ha sido muy completo. Es un éxito colectivo y muestra el trabajo que se hace y el futuro que tiene por delante el tiro con arco ibicenco.

—Por número de licencias, ¿se trata de un pequeño milagro?

—En Eivissa tenemos unas 150 licencias, unas 75 por cada club, aparte de los 85 chicos de las escuelas de iniciación. Siendo una isla pequeña, con una población de 150.000 personas, no es fácil ser un referente junto con la Comunidad de Madrid, que cuenta con cinco millones de habitantes, seis o siete mil licencias y un presupuesto mucho mayor que el nuestro.

—¿Y cómo se consiguen tan buenos resultados?

—Con mucho trabajo. El secreto está en la coordinación. Tenemos el control de un chaval desde el primer día que se interesa por este deporte hasta que va a unos Juegos Olímpicos. Todo ese camino lo llevan las mismas personas. A un director de un centro de tecnificación no se le caen los anillos por tener que dar un curso de iniciación. La clave es que no se rompe la cadena desde iniciación hasta el alto rendimiento.

—Hablando de los Juegos, tendremos otro arquero olímpico como Morillo?

—Él fue a Pekín 2008 y no podemos descartarlo de ninguna manera. De hecho, hay cinco o seis arqueros de categoría cadete que tienen todas las papeletas para ser olímpicos. Pablo Orozco, Denis Catalin Cristea, Adrià Prats y Sara Beatriz Díez lo tienen todo para llegar a la elite. Para Tokio 2020 quizás sea un poco justo, porque tendrán unos 21 años, pero si evolucionan correctamente lo tienen todo para triunfar en este deporte.

—Con consolidados campeones absolutos y estas brillantes promesas, ¿vive el tiro con arco ibicenco su mejor momento?

—Es difícil decirlo, pero lo que está claro es que estamos en el momento en que Eivissa cuenta con más arqueros en activo que nunca. Quizás en algún momento hubo más licencias, pero entonces muchos eran arqueros ocasionales. Ahora, hablamos de gente que practica y compite con más regularidad.

—Lo pinta todo de rosa, ¿no tienen ninguna reivindicación?

—El tiro con arco ibicenco goza de buenas instalaciones, aunque hace un tiempo que venimos pidiendo iluminación en Can Misses y es Cubells. En Vila hay algo pero es insuficiente. Sólo necesitamos luz en las dianas y los puestos de tiro. Nos daría muchas más horas de entrenamiento, especialmente en invierno. También estamos a la espera de que haya presupuesto para que se allane el terreno y se instale césped artificial en es Cubells. No hace falta que sea nuevo, de hecho hemos pedido el que se retiró del campo de fútbol de Sant Josep. Es importante porque las flechas son caras y los arqueros poco experimentados a veces no aciertan en la diana.

—¿Luz, césped y nada más?

—(Ríe) Las administraciones también podrían agilizar los trámites para obtener subvenciones. Vivimos de ello y estamos agradecidos pero nos exige muchísimas horas de trabajos administrativos que no dedicamos directamente al tiro con arco. Antes me multiplicaba y dedicaba más de 60 horas a la semana, pero no era sostenible. Ahora he delegado algunas funciones, pero hay demasiada burocracia.