Flor Dumitrescu, en acción durante un partido de la presente temporada. | Toni Escobar

Flor Dumitrescu se ha convertido en la jugadora revelación de la temporada del Puchi. En un año en el que el equipo de División de Honor Plata femenina se reforzó a lo grande con jugadoras procedentes de fuera de las Pitiusas como Rocío Colmena, Patri Cañavera, María Tudela, Cristina Morell o Laura Muñiz y en el que hay jugadoras de la talla de Ana Ferrer o Ainhoa, la joven canterana se ha ido forjando su propia leyenda hasta el punto de ser actualmente la pichichi del equipo y una de las máximas goleadoras de la liga.

La jugadora de origen rumano se destapó el pasado fin de semana con otra soberbia actuación ofensiva. Doce goles le endosó al Lleidatana en el último partido como local en la fase regular del equipo pitiuso. El mayor número de tantos en un solo partido en las filas del Puchi lo ostenta Ana Ferrer, que marcó 13 contra el Elda. Eso sí, a diferencia de la exjugadora del Alcobendas, Flor no lanza penaltis.

Flor ocupa la decimosexta posición en la tabla de goleadoras global de la División de Honor Plata, formada por cuatro grupos, y la séptima del grupo C. Suma 142 goles en 23 partidos, con un promedio de 6,17 dianas por partido. La extremo le resta importancia al dato: «Marcar goles no significa ser la mejor. También es verdad que Ainhoa y Ana Ferrer no han jugado varios partidos y yo sólo me he perdido uno». Eso sí, no ocultó que «marcar goles es muy divertido». «El día que haces pases también celebras que marque tu compañera. Cuando doy un pase me digo ‘que lo marque, por favor’. Lo sufro», explicó Dumitrescu, que, entre risas, recordó: «Ahora mismo soy la que más marca, pero también la que más falla».

Confianza

La extremo confía en el ascenso a División de Honor: «Yo sí veo al equipo subiendo y espero que lo consigamos. Si seguimos así y recuperamos a las lesionadas, que son todas muy pero que muy importantes, confío en el equipo. Luego es verdad que puede pasar cualquier cosa, pero tengo confianza y podemos hacer milagros».
Flor Dumitrescu vive su tercera temporada en el primer equipo y tiene un gran futuro por delante. No en vano, en julio cumplirá 18 años y ya es una jugadora importantísima en la categoría a pesar de su juventud. Sus inicios se produjeron en el Puchi como alevín. Al respecto, indicó: «El balonmano es el único deporte que he hecho en toda mi vida. Cuando me apunté no sabía ni lo que era». Curiosamente, cuando era infantil estaba a las órdenes de Ainhoa García, segunda entrenadora de aquel equipo. Ahora, ambas jugadoras comparten pista y responsabilidad ofensiva en una temporada exitosa en la que, a día de hoy, se puede soñar con el salto de categoría.