Un instante del partido entre el Ushuaïa Ibiza Voley y el Urbia Palma, ayer en el pabellón de es Viver. Foto: MARCELO SASTRE

El Ushuaïa Ibiza Voley puede sentirse más que orgulloso del partido que desarrolló ayer contra el actual campeón y líder invicto de Superliga, el Urbia Palma. El equipo amarillo fue capaz de reaccionar tras un 0-2 adverso y poner contra las cuerdas al conjunto mallorquín, que perdía por 18-13 en el cuarto set. Sin embargo, no supo rematar la faena, lo que unido a ciertas decisiones arbitrales envueltas en polémica acabaron por finiquitar sus opciones de sumar, al menos, un punto.

Los visitantes manejaron el tempo del partido en las dos primeras mangas. Tras un inicio igualado, con continuos intercambios de golpes, los de Dreyer se hicieron con una ventaja de cinco puntos (9-14) que ya pesó como una losa encima de los pitiusos. La máxima diferencia llegó a ser de ocho puntos (16-24) en una manga que se cerró con 18-25 en el tanteador después de que Del Carmen lanzara directamente fuera su servicio.

En el segundo juego, dos ataques de Borges permitieron a los de Marcelo de Stefano disfrutar de su máxima renta (2-0). La batalla se equilibró con la entrada de Salerno, con 12-14 en el luminoso, y Elvis, con 15-17, así como con el cambio de colocador. César Martín entró por Putini y el decorado varió. Un bloqueo del brasileño permitió igualar a 18 el set, que, con todo, se lo acabó adjudicando el Urbia Palma por 21-25.

Cuando muchos podían pensar que el duelo acabaría por la vía rápida, el Ushuaïa Ibiza Voley tiró de casta y calidad para endosar «la mayor paliza», en palabras del técnico visitante, a su rival. De hasta 12 puntos se escapó el cuadro ibicenco (19-7), que disfrutaba y sonreía sobre la pista ante algo más de un centenar de espectadores que vibró con el cambio de los suyos. Un 25-14 forzó la cuarta manga, que prontó se puso de cara para los amarillos.

Un 3-0 de inicio y un posterior 18-13 metieron en problemas a los mallorquines, que fueron capaces de remontar y ponerse 19-20. Con 21-20 llegó la jugada polémica del partido. Los locales reclamaron que el balón había botado en un punto que los de Dreyer se acabaron adjudicando tras levantar una pelota casi imposible. Las protestas derivaron en una roja directa para Elvis, por lo que de un posible 22-20 se pasó a un 21-22. La balanza, entonces, se pudo inclinar de cualquier lado, pero lo hizo hacia el de los jugadores del Urbia, que tuvieron que sudar la camiseta para evitar una heroicidad de un gran Ushuaïa.