Dieguito con el balón, ante la oposición de un jugador del Platges de Calvià . | DANIEL ESPINOSA

El San Rafael volvió a demostrar que es un equipo con un corazón enorme. Partido a partido se reinventa. Plagado de lesiones, ayer tuvo otras dos, los blue tumbaron al Platges de Calvià, se cargaron al segundo clasificado en un partido de infarto en el que supieron sufrir hasta el último minuto.

Los rafelers empezaron muy intensos y sabiendo que en frente tenían a uno de los mejores equipos de la categoría. La primera del partido fue para los visitantes, aunque Pacheta y Dieguito también probaron fortuna.

Los mallorquines poco a poco se hicieron con el partido ante un San Rafael que perdía el balón muy rápido. Precisamente cuando peor lo estaba pasando el equipo local llegó el gol de Dieguito. En el minuto 35, el atacante se encontró un balón para batir a Tolo con un disparo cruzado.

El gol sentó muy bien a los ibicencos que en los últimos compases de la primera parte llevaron el peso del juego. Con el 1-0 se llegó al vestuario. El botín era importante para el San Rafael, pero aún quedaba mucho por delante.

En el segundo acto empezó el sufrimiento para los aficionados. El Calvià se lanzó a por el empate y la figura de Hugo se hizo inmensa bajo los palos. El portero local estuvo sobresaliente y ofreció dos buenas paradas en los primeros minutos.

En el 65, llegó la más clara para el cuadro mallorquín. Hugo no pudo hacer nada, pero el palo se alió con los pitiusos que pudieron coger un poco de aire.

El asedio de los naranjas continuó. No se puso capa, pero el guardameta ibicenco voló hasta la escuadra para evitar nuevamente el empate. Los minutos iban cayendo y el premio estaba cada vez más cerca.

El San Rafael se quedó con 10 por la expulsión de Juanfran, pero resistió. El árbitro señaló el final y los blue sumaron tres puntos de oro que alejan mucho más los puestos de descenso.