Jordi Sánchez celebra el gol que marcó contra el Real Murcia.

Andrés Palop tiene un problema, un bendito problema. La llegada de siete refuerzos en el mercado invernal –ocho cuando el argentino Mariano tenga el transfer– ha provocado un salto de calidad en la plantilla y ese once intocable que prácticamente salía de inicio jornada tras jornada se está viendo ya trastocado.

Las buenas actuaciones de Cirio, en la media punta, donde venía actuando Alejandro Chavero, y Jordi Sánchez en la posición de ‘nueve’ aumentan la competencia y provocan un quebradero de cabeza para el míster celeste a la hora de confeccionar el once. Y no hay que olvidarse de Perdomo, que en poco más de diez minutos contra el Real Murcia demostró una velocidad y calidad brutal que a buen seguro explotará el técnico más pronto que tarde.
Hasta la fecha, Cirio, cuya polivalencia está fuera de toda duda, estaba jugando por la banda izquierda. La paternidad de Chavero, que se perdió algún entrenamiento la semana pasada, y la llegada de Ferran Giner hicieron que el catalán pasase a jugar por detrás la punta de la lanza. Así, el exjugador del Mallorca B pudo ocupar su posición natural de extremo izquierdo. Fue un cóctel molotov. El valenciano marcó y la estrella del cuadro pitiuso–porque Cirio fue y sigue siendo el rey por mucho fichaje que venga– se movió como pez en el agua en la nueva demarcación, donde se le nota más a gusto.

Chavero, por el que el club pagó 50.000 euros de traspaso al Cartagena en verano, tiene una calidad brutal, pero su protagonismo se ha ido diluyendo con el paso del tiempo. Es más, en la derrota contra el Badajoz no anduvo fino y una pérdida en el centro del campo estuvo a punto de costarle el segundo gol al cuadro ibicenco de no ser por el poste.
El excentrocampista cartagenero ha actuado esta campaña en el doble pivote –de ahí se cayó cuando Palop encontró en la dupla Iosu-Núñez un muro impenetrable–, en la media punta e incluso en la banda. Su conducción de balón es brutal. Por momentos parecía ser el ‘Iniesta de bronce’. Eso sí, con la misma intermitencia que el astro manchego en su último curso como barcelonista. Ahora, el marrón es para Palop, que tendrá que decidir si vuelve a apostar en Huelva por Cirio por detrás del ‘nueve’ o si se decanta por Chavero.

De igual forma, arriba ha crecido el nivel. Después de que Marco Borriello no pudiera brillar como se esperaba y encima se lesionara, Ángel Rodado no ha tenido rival en la pelea por ser el delantero centro del equipo. Aun así, lo cierto es que el mallorquín ha ofrecido y sigue ofreciendo un rendimiento sublime. Su titularidad resulta incluso incuestionable. Se mueve con rapidez, presiona, regatea y goza de acierto de cara a puerta. No se puede pedir más. Lleva siete goles y es el quinto máximo realizador del grupo, superado únicamente por Elady y Yacine, con diez; Caye, con nueve, y Aquino, con ocho.

Dicen que no hay mal que por bien no venga. Rodado sufrió una brecha a le media hora de juego del partido contra el Real Murcia. Recibió grapas en la ceja y Palop le sustituyó al descanso, con 2-0 en el marcador, por Jordi Sánchez.

El barcelonés con orígenes pitiusos aprovechó la oportunidad para firmar su primer gol con la elástica celeste. Es otro tipo de ariete. Su envergadura, corpulencia y capacidad de brega con los zagueros permiten hacer uso de un juego más directo. Se trata de una alternativa muy válida. Además, no está exento de calidad. Basta con echar un vistazo al tanto que le marcó a los murcianos, una vaselina de lado tras ganarle la partida al último defensor en un balón aéreo. Gol, no; golazo.

El problema es que parece poco probable que Andrés Palop vaya a apostar por los dos arietes de inicio. El 4-4-2 parece más bien sólo una opción para cuando el partido se haya torcido, para esos últimos minutos en los que haya que echar el resto con el fin de evitar un mal resultado.

¿Y qué decir de Perdomo? Javi Serra, posiblemente uno de los top 3 de la campaña en cuanto a rendimiento, ha estado algo desaparecido en las dos últimas jornadas. El exjugador del Nàstic entró por él en el minuto 80 del encuentro del domingo y ofreció grandes pinceladas de calidad. Desborde, descaro y rapidez le caracterizan, unos ingredientes muy jugosos que podrían guiarle hacia la titularidad este mismo domingo. Será decisión de Palop, que tiene ante sí un gran y bendito problema.