El delantero Ángel Rodado, de la UD Ibiza, trata de marcharse del marcaje de un par de jugadores del Granada B durante el partido celebrado anteayer en el estadio de Can Misses.

Pablo Alfaro sigue buscando lo mejor para la UD Ibiza y su apuesta por los constantes cambios sigue adelante. El entrenador celeste probó el domingo con un trivote en la medular ante el Granada B. La pena es que sólo duró en el campo seis minutos de juego efectivo por la tempranera expulsión del portero Lucas. Por tanto, habrá que esperar, al menos, hasta la próxima jornada para saber si con ese sistema funciona mejor el conjunto pitiuso.

El técnico unionista dispuso de inicio un 4-3-3 como planteamiento, con Núñez en la posición de pivote y Armenteros y Provencio, que cuajó una buena actuación, como escoltas en la posición de interior. Un calamitoso error atrás hizo que Lucas despejara con la mano y fuera del área una ocasión clamorosa de gol, lo que le supuso una indiscutible roja directa. Ante tal situación, el preparador celeste se vio obligado a retirar un centrocampista, en este caso el argentino, para dar entrada al guardameta Álex.

Así las cosas, el sistema del trivote no se ha podido poner realmente a prueba. Su presencia en el campo fue fugaz. El míster pudo haber optado también por retirar un carrilero y que Núñez retrasara su posición a la hora de defender y la adelantara cuando tocara atacar. Era la alternativa más arriesgada, ni mejor ni peor, sólo que algo más ofensiva ante la urgencia de puntos que presenta el equipo.

Curiosamente, en la segunda mitad, Bonilla adelantó su posición en numerosas ocasiones para ganar presencia en la medular y la Udé mejoró notablemente hasta el punto de pasar de dominado a dominador claro. Mucho tuvo que ver también en ello la destacable capacidad de sacrificio de los futbolistas del equipo ibicenco, que, lejos de venirse abajo, dieron un paso adelante y se dejaron hasta la última gota de sudor durante los segundos 45 minutos. Y eso es digno de alabar, porque no es nada fácil jugar en inferioridad casi todo el partido y sacar fuerzas de donde no las hay para acabar incluso adelantándose en el marcador.

Lo que nadie esperaba es que, después de haber hecho lo más difícil, la UD Ibiza acabara dejando escapar puntos de Can Misses. El gol de Núñez a la salida de un córner en el minuto 78 dio pie acto seguido a un cambio táctico. Luis Verdú saltó al terreno de juego en lugar de Cirio para reforzar la zona defensiva y tratar de amarrar los puntos, sobre todo teniendo en cuenta que los nazaríes disponían entonces de dos delanteros centro en el campo.

El desajuste fue mayúsculo. Un balón centrado desde la izquierda lo cabeceó Garrido al fondo de la red ante la pasividad del eje de la defensa. Increíble, pero cierto. Con el cambio, Alfaro pretendía precisamente limitar las opciones de gol de los andaluces y evitar que el peligro llegara en balones colgados. «Si tenían que generar alguna situación de peligro, que fuera desde fuera del área. Cuando tienes un centro de la defensa tan poblado nunca piensas que te puedan empatar así», confesó el míster, que también recordó que esto «es fútbol». No le faltó razón.

Las decisiones se deben tomar con rapidez y la que tomó era la más lógica por más que, hasta entonces, no estuviera llegando al área el cuadro visitante. Volaron dos puntos y las pocas esperanzas de alcanzar el play off, pero, al menos, nadie podrá negar la destacable capacidad de sacrificio de los celestes, que sudaron la camiseta más que nunca.