Sugrañes salta al bloqueo ante la atenta mirada de Tapia.

El Ushuaïa Ibiza Vóley remó ayer para morir en la orilla. Tras dos primeros sets en los que los ibicencos apenas comparecieron, en el tercero se metieron en el partido para dar un buen susto al Unicaja. Igualaron la contienda en el cuarto, pero en el tie break los almerienses volvieron a ser muy superiores para llevarse el primer punto (3-2) de esta semifinal por el título de la Superliga.

Los ibicencos salieron mal al partido. En el primer set, el conjunto de Piero Molducci se vio superado en todo momento. Los fallos desde el saque, la principal arma pitiusa, fueron un lastre demasiado grande para los visitantes. Por su parte, el Unicaja a través de un gran Ronald Fayola empezó a abrir camino. En un visto y no visto el primer set de las semifinales cayó para el lado local sin que el Ushuaïa pudiera prácticamente responder.

En el segundo set nada cambió. Fue una tormenta verde que desnudó por completo a los ibicencos. Seguían muy incómodos y no había atisbo de reacción. Los saques seguían sin entrar y Molducci, nada amigo de las rotaciones, buscaba soluciones sin encontrarlas.

Cesinha, Arthur Borges, Víctor Ruiz, Del Carmen... todos fueron saltando al parqué andaluz. El Ushuaïa quería pelear, pero no era el día. 25-17 y nuevo set para el Unicaja.

Con el 2-0 y las sensaciones que había sobre el terreno de juego, todo indicaba que al partido le quedaba poco. Molducci volvió a poner a su equipo titular y, de repente, el Ushuaïa llegó al encuentro.

OTRO PARTIDO

El saque mejoró y por primera vez los amarillos consiguieron sacar una pequeña ventaja con el 4-8. Los ibicencos lucharon por mantener una distancia que les permitiera llevarse su primer set de la semifinal, pero en el otro lado estaba un conjunto que había olido la sangre y no quería dejar vivo al Ushuaïa. Con el 16-16 llegó la igualada y con el 17-16 la ventaja se tiño nuevamente de verde. Los amarillos no querían perder tan rápido y volvieron a empatar con el 23-23. Ibiza salvó una bola de partido y cuando tuvo la de set, falló.

Tampoco aprovechó la segunda, ni la tercera. La cuarta se volvió a marchar. En la quinta bola de set, Elvis bloqueó a la perfección (28-30) y dio vida a los pitiusos.

Era un partido nuevo, los Balears ya estaban enchufados. El cuarto set se convirtió en una lucha sin cuartel, de igual a igual. Dos gigantes que golpeaban con fuerza. Aunque el Ushuaïa siempre parecía ir un pasito por delante, y, poco a poco, consiguió coger un colchón que llegó a ser de cinco puntos con el 11 a 16, al que consiguió responder con rapidez el Unicaja para poner el 16-16. Los pitiusos consiguieron volver a coger renta para navegar con paso firme hasta el 2-2 (19-25).

En el tie break las esperanzas de los visitantes estaban por las nubes. Los andaluces se encargaron pronto de bajarlas a la tierra. El desempate sólo tuvo un color y fue el verde. El 15-8 refleja que a la hora de la verdad el Ushuaïa no tuvo opciones, quizás por el cansancio.

El primer punto se queda en Almería, pero los ibicencos tienen argumentos a los que agarrarse. Si consiguen mantener la imagen del tercer y el cuarto set, podrán soñar. Esta tarde (18.00 horas) llega el segundo capítulo de esta batalla por un puesto en la final.