Rubén González presiona a Sylla, que protege el balón en un lance del partido de ayer.

La UD Ibiza vio truncada ayer su racha triunfal después de empatar sin goles en el campo del Coruxo. Después de haber superado anteriormente al Rayo Majadahonda, el Sanse y el Pontevedra, los celestes no fueron capaces de superar a un Coruxo que venía de enlazar dos victorias consecutivas después de haber caído en sus dos primeros compromisos.

Para este encuentro, el primero de los unionistas en un campo de césped natural en lo que va de curso, Pablo Alfaro realizó un cambio con respecto al once anterior. Dio entrada a Kike López en el lateral derecho por Fran Grima, buscando quizá un costado más ofensivo con Raí en el extremo. Por lo demás, nada cambió.
Los visitantes no tardaron en avisar de sus intenciones. En el primer minuto de juego, Ángel Rodado probó fortuna con un disparo lejano que atrapó el portero sin problemas. No fue más que un espejismo, pues lo cierto es que las ocasiones de gol brillaron más bien por su ausencia.

Después de que Germán tuviera que ser asistido por un golpe que le obligó a jugar con la cabeza vendada el resto del partido, el choque se convirtió en una lucha encarnizada con más centrocampismo que juego. La primera aproximación de los gallegos se produjo a balón parado, en una falta sin consecuencias ejecutada por De Vicente en el minuto 17.

La gran ocasión para desnivelar la balanza la tuvo Javi Pérez. El centrocampista cabeceó a las nubes, prácticamente en el área pequeña, un córner botado por Javi Lara desde la derecha. A raíz de esta acción, lo cierto es que el Ibiza se soltó algo más en ataque y protagonizó los últimos acercamientos hasta el descanso.
Raí, con un disparo lejano que acabó mansamente en las manos del meta, y Morillas, que chutó cruzado fuera desde fuera del área, trataron de romper el ‘cerocerismo’ sin suerte.

Finalmente, los jugadores emprendieron rumbo a vestuarios con el mismo tanteador con el que había comenzado el choque.
Tras el asueto, el Coruxo salió mejor plantado al terreno de juego. Eso sí, su ligero dominio no se traducía en peligro. Alfaro fue el primero en mover el banquillo para buscar soluciones. Retiró a Raí y dio entrada a Fran Carbia. Con todo, fue el cuadro vigués el que más cerca anduvo de marcar. Poco después de que Rodado cayera al suelo reclamando un posible golpe sin balón de un rival. Añón se quedó en una buenísima posición dentro del área pero disparó junto a la cepa del palo corto para sorpresa de todos. No se lo podía creer.

Como el panorama no cambiaba, el técnico celeste decidió seguir introduciendo cambios. En esta ocasión, Toni Arranz sustituyó a Javi Lara en el minuto 64. El juego se endureció por momentos, lo que hizo que más de un jugador fuera amonestado.

En el 76, El Aouatani lanzó un zapatazo desde el vértice del área que fue directo a las manos de Germán. Era el segundo aviso de los locales. La réplica la dio Carbia con un remate de cabeza a la salida de un saque de esquina ejecutado por Morillas, pero el esférico fue también directamente al guardameta.
Quedaban diez minutos para el final y el técnico unionista echó el resto al retirar a Cirio y meter a Diego Mendoza junto a Rodado en punta, fórmula que había funcionado la jornada anterior. Sin embargo, esta vez no dio resultado. La Udé sólo pudo acercarse en un par de acciones a balón parado que Rodado, primero, y Toni Arranz, después, desperdiciaron con unos lanzamientos directos que no entrañaron ningún tipo de peligro, llegándose así al pitido final sin cambios en el marcador.