Pablo Alfaro, durante una rueda de prensa de la UD Ibiza. | Redacción Digital

«Es un partido precioso, un partido muy bonito entre dos de los mejores equipos de la categoría, derbi balear y creo que tiene todos los condicionantes para que sea una mañana de fútbol bonita». Así describió Pablo Alfaro en rueda de prensa el encuentro de mañana contra el Atlético de Baleares.

El técnico habló que lo que hay en juego son tres puntos y que aún quedarán 30 más por jugarse, pero reconoció que una derrota distanciaría al Atlético Baleares. «Habría unos puntos de diferencia que serían importantes para un objetivo. Cuando empezó la temporada no éramos el gran favorito para ese objetivo. El transcurso del año nos ha hecho ver que estamos cerca, que lo podemos pelear y lo vamos a hacer. Estoy convencido de que el equipo va a dar la talla».

Sobre el partido, aseguró que espera que sea muy igualado, parecido al de la primera vuelta, entre dos estilos diferentes y que se decidirá por detalles.
También habló del hecho de ir a jugar al campo más complicado de toda la liga, algo que da respeto, pero también motiva: «Aquí tampoco ganaba nadie hasta que vinieron ellos y fue como fue. Queremos ir a su estadio a conseguir los tres puntos, pero lógicamente que los respetamos, igual que todos».

Un año muy intenso
Alfaro cumplió esta semana un año al frente de la UD Ibiza. Al ser cuestionado por con qué momentos se queda, al técnico le costó elegir: «Con muchas cosas. Un año en la vida puede ser un año, pero cuando eres entrenador son eternos. Pasan muchas cosas en muy poco tiempo».
«Me quedaría con el crecimiento del club, con que cuando entras en Can Misses es muy distinto a hace un año, con los partidos y momentos mágicos que hemos tenido. Yo soñaba con que Can Misses estuviese lleno alguna vez y lo he visto. He visto un enfrentamiento contra el Fútbol Club Barcelona. He visto mucha gente en el campo de la Peña con la camiseta celeste. He visto pasar una eliminatoria contra un equipo de Segunda. El domingo veré casi 400 ibicencos en Mallorca. Esto ya tiene forma y color. Tenemos más de 2.000 socios y todo eso me lo llevo como que he aportado un granito de arena y me llena de mucho orgullo», enumeró.
Además, miró al futuro: «Todavía puede quedar lo mejor», aunque también pidió vivir el presente. «Tenemos que seguir disfrutando del camino. A veces miramos solo al final y dejamos de lado el resto del año», concluyó.