Loren levanta la cabeza para ver a quién pasar el balón. | Marcelo Sastre

Ni de penalti pudo reencontrarse la Peña Deportiva con la victoria y ya son cuatro las jornadas seguidas que lleva sin ganar. El equipo peñista se tuvo que conformar con un empate sin goles contra La Nucía en un partido en el que se disfrazó del doctor Jekyll y míster Hyde. En la primera parte estuvo a merced de su rival, pero en la segunda hizo méritos para llevarse la victoria. De hecho, dispuso de una pena máxima a su favor, pero el lanzamiento de Cristeto lo despejó el portero.

La primera parte fue insípida y sosa como un caldo sin jamón. El equipo de Raúl Casañ no pudo ofrecer gran cosa en ataque. Mejor dicho, no ofreció nada, porque sus aproximaciones de peligro se limitaron a una volea lejana de Pau Pomar que se marchó desviadísima mediado este primer periodo. Eso si, al menos, supo contener a La Nucía como pudo. Y eso que andaba con una defensa de circunstancias. Eso sí, Seral tuvo que intervenir para evitar que el marcador sufriera cambios.

Los alicantinos tampoco es que estuvieran firmando una oda al fútbol. De hecho, despertaron de su letargo en ataque a partir del ecuador. Damià probó primero fortuna con una falta directa que el meta local desvió a córner con una buena parada. En el posterior saque de esquina, botado también por Damià, Morgado remató fuera en el primer palo. Doble susto en el minuto 25.

Más clara aún fue la que tuvo Juan Antonio, delantero que conocen bien en Formentera por su pasado rojinegro –además fue uno de los participantes en la histórica eliminación copera del Athletic Club–, a falta de nueve minutos para la conclusión de esta primera parte. El ariete remató prácticamente solo en el segundo palo, pero Seral, bien situado, evitó el gol. Poco después, Rubén trató de sorprender al guardameta peñista con un chut lejano que atrapó bien el cancerbero en la que supuso la última acción reseñable de los primeros 45 minutos.

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La segunda parte
Raúl Casañ sabía que su equipo tenía que cambiar si quería ya no solamente ganar, sino evitar una posible derrota en Santa Eulària. Atrás no podía tocar nada. Se veía atado de pies y manos por las bajas. Sin embargo, en ataque buscó algo más de desequilibrio con la entrada de Colau por Toni Jou.

La imagen de los de la Villa del Río no tardó en cambiar. De hecho, tardaron menos de dos minutos en realizar, por fin, su primer lanzamiento a puerta del encuentro. Nacho probó fortuna desde la frontal con un disparo raso que Fornés desvió a córner. También lo intentó Gilbert desde una posición similar en el minuto 53 tras un pase de Colau, pero el esférico se marchó lamiendo el palo ante la mirada del portero, que había hecho la estatua.

El conjunto de la Villa del Río pasó de ser dominado a dominar el partido. La moneda se había girado y ahora eran los santaeularienses los que generaban peligro ante un cuadro alicantino que se había cortocircuitado.

La oportunidad para desnivelar definitivamente la balanza la tuvo la Peña en el minuto 66. El árbitro pitó penalti y Cristeto asumió la responsabilidad desde el punto de los 11 metros. Su disparo, sin embargo, lo detuvo el portero con una gran estirada.

Este error motivó a los visitantes, que igualaron las fuerzas a nivel de juego. De hecho, incluso pudieron llevarse los tres puntos en la recta final de no ser por Seral, que realizó un paradón a remate de Agüero en el minuto 82. Al final, el marcador no sufrió ningún cambio y permaneció con los mismos dígitos con los que comenzó, por lo que la Peña Deportiva extendió a cuatro su racha de partidos sin conocer la victoria.