Terán encara a un rival durante la jornada anterior. | Marcelo Sastre

El CD Ibiza pinchó por segunda jornada consecutiva. El equipo rojillo se tuvo que conformar con un empate sin goles en el campo del Felanitx y despide el año con un sabor amargo y a diez puntos del líder, el Andratx.

Las primeras ocasiones de gol las tuvieron los locales. De hecho, tuvieron tres en el primer cuarto de hora. Cano, de cabeza tras una falta botada al segundo palo, y Rodrigo, que lanzó un disparo raso desde la derecha que despejó Contreras y después vio cómo Colo salvaba bajos otro remate, protagonizaron las primeras aproximaciones en el primer cuarto de hora.

Los rojillos trataban de hacer daño por el costado derecho, donde Iván Sales se mostró muy activo. Sin embargo, les costaba encontrar la forma de ver puerta. Mediado este periodo, el propio Iván tuvo el gol al cazar un mal despeje al borde del área pequeña, pero Mesquida se tiró al suelo para tapar el tiro, que acabó en córner.

De nuevo Rodrigo pudo desnivelar la balanza en el minuto 36. En una contra, disparó en el área y Contreras realizó una buena intervención para repeler el disparo raso del delantero. Del Cedé sólo hubo noticias en ataque una vez más en todo este primer tiempo y fue gracias a un regalo de los mallorquines en el 43. Ndiaye pasó mal la pelota atrás y Simeone se hizo con ella para disponer de un mano a mano que no acertó a transformar en gol.

La segunda parte pasó con más pena que gloria. Al menos, los visitantes dejaron de pasar los apuros anteriores ante un Felanitx desaparecido en tareas ofensivas. Alberto Gallego se vio obligado a recurrir a Ortiz, que entró por Simeone en el minuto 57, para tratar de dar otro aire a los suyos.

La conexión del cordobés con Terán no fue tan fluida como en otras ocasiones, pero, al menos, el sevillano disfrutó de una oportunidad en una combinación entre ambos con un disparo que se marchó alto.

La ocasión más clara se produjo en el último minuto. Terán disparó cruzado y Losada apareció al borde del área pequeña para lanzarse al suelo con el fin de redirigir la pelota hacia la portería. Sin embargo, no contactó con el esférico por centímetros.

A pesar de que los locales estaban completamente encerrados, lo cierto es que pudieron desnivelar la balanza en el tiempo de descuento. En su única llegada, Riad chutó raso a las manos de Contreras. Ahí murió un partido y un final de año para olvidar.