Charly, Marrupe, Parra y Delgado celebran uno de los goles de ayer. | Marcelo Sastre

La diferencia de nivel entre la UD Ibiza Gasifred y el Lleida es brutal. Por eso, no es de extrañar que los celestes comiencen la fase por la permanencia en primer lugar y los catalanes, en el penúltimo, como tampoco sorprende el 7-1 con el que se saldó el duelo entre ellos ayer en el pabellón de sa Blanca Dona.

Los ibicencos golearon a un rival condenado a descender salvo un giro drástico de los acontecimientos a lo largo de esta fase por la salvación. El 2-1 con el que se llegó al descanso no reflejaba lo visto sobre la pista.

Charly abrió la lata en el minuto 13, pero la alegría duró bien poco porque Iván no alcanzó a desviar un disparo lejano de Cortés acto seguido. El killer celeste devolvió la ventaja a los locales in extremis, poco después de un remate al palo de Mehdi. Quedaba un minuto y 48 segundos y, desde entonces, los visitantes jugaron con portero-jugador.

El Lleida fue incapaz de marcar un solo gol jugando de cinco. Es más, encajó otros cinco tantos. José Fernández decidió en este periodo atacar con un equipo y defender con otro totalmente distinto, portero incluido. Iván defendía el marco a la hora de atacar y Rochera lo hacía cuando su rival tenía la pelota en su poder.

Miguel León, primero, y Charly, después, subieron el 4-1 en un intervalo de 38 segundos, dentro del minuto 27. En la recta final, dos acciones a balón parado, en concreto un córner y un saque de banda, permitieron a Parra y a Miguel León subir el set al electrónico. A falta de un minuto, Alvarito certificó el definitivo 7-1.

La diferencia era tal que hasta Bordalba reclamaba a su rival que no atacase en un córner favorable al Gasi a falta de siete segundos. El cuadro local hizo caso omiso, aunque no halló el camino hacia el gol y el marcador no sufrió más cambios en un partido sin historia.