A las 10.00 horas estaba programada la sesión de entrenamiento de los rojillos en Can Misses 3, después de que el Ayuntamiento de Ibiza finalmente interviniera y trasladara la sesión de los ibicencos, programada para el sábado, al día de ayer. Media hora antes, el club se percató de los problemas con las porterías, lo cual le pilló completamente por sorpresa.
Los jugadores del Cedé tuvieron que sacar una portería móvil por encima de la vallas que circunvalan CM2, dado que la puerta que da a la calle Albarca estaba cerrada. Para introducirla en CM3 también tuvieron que pasarlas por encima del vallado dado que, por sus dimensiones, no entraba por la puerta trasera, la de esa misma calle, una situación totalmente esperpéntica y anormal.
Al finalizar el entrenamiento, se repitió la historia, pero a la inversa. Primero, se sacó la portería por encima de las vallas de CM3. El único cambio fue que, tras ponerlo en conocimiento del Patronato de Deportes, la puerta de CM2 se pudo abrir y meter así la portería sin acrobacias.
El problema de las metas no ha sido el único que ha pillado en fuera de juego a la entidad rojilla. No en vano, por primera vez en lo que va de temporada, no había ni un solo jardinero durante su entrenamiento al que poder hacer constar cualquier problema o incidencia a lo largo de la sesión. De hecho, nadie del club que preside Antonio Palma pudo pudo solicitar que se regase alguna zona seca del césped, precisamente por dicha incomparecencia.
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