Leo Román posa junto al escudo del club.

Leo Román (Ibiza, 06-07-2000) renovó este martes como jugador del Mallorca hasta el año 2026. El guardameta ibicenco, único futbolista pitiuso en Primera División, quiere luchar por la titularidad y devolver al club bermellón la confianza depositada en él.

¿Cómo se siente tras sellar su renovación con el Mallorca?

—Estoy supercontento porque se ha confiado en mí. He sentido esa confianza desde el primer momento, desde que llegué hace dos años. Siempre he estado muy cómodo. Mi idea siempre ha sido seguir aquí en el club. Creo que aquí tengo todo lo necesario para seguir creciendo. Eso es lo más importante para mí.

Su nuevo contrato es hasta 2026. Son muchos años. ¿Eso le transmite más confianza y tranquilidad?

—Al final, se nota que el club ha confiado en mí y espero devolverle la confianza, sobre todo, con trabajo. Ellos saben que en eso nunca les fallo. Tengo que seguir en esta misma línea, la de trabajar, seguir mejorando y, luego, aprovechar la oportunidad cuando me llegue. Para eso estamos.

¿Espera hacerse con la titularidad?

—Evidentemente, esa es la intención. Hay que intentar ser lo mejor posible. Si en ese camino puedo conseguir jugar, pues mejor. Al fin y al cabo, estamos para eso, sabiendo que la competencia va a ser muy dura con los porteros que hay ahora más si traen alguno. Será complicado, pero para eso trabajamos.

Ya no está Manolo Reina y, además, parece que el club busca otro portero. ¿Cómo fue trabajar con él?

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—Él es una leyenda en el Mallorca. Desde el primer día le tuve un respeto muy grande y ese respeto se ha traducido en respeto por su parte. Ha sido una persona muy importante para mí desde el primer momento. Siempre me ayudó en todo lo que pudo aun siendo su competencia. Siempre buscó lo mejor para mí y siempre le estaré agradecido.

¿Qué tiene usted de diferente ahora mismo tras haber experimentado ya lo que es jugar en Primera División?

—Como futbolista he madurado mucho y como persona, también. Creo que he mejorado en muchos aspectos al llegar al fútbol profesional y competir con jugadores del nivel que hay. Yo sigo compitiendo y, al final, eso te hace mejorar día a día. Intento siempre aprender de los compañeros y mejorar.

Ahora que ha pasado algún tiempo, ¿cómo recuerda el día de su debut en Primera contra el Levante?

—Lo recuerdo como un día muy bonito, de los mejores de mi vida sin lugar a dudas. Recuerdo que estaban todos mis amigos y familia en la grada. Verles allí al salir al campo y esa sensación de estar en un campo de Primera no se olvida. No ganamos, pero me queda un recuerdo muy bonito para toda la vida.

¿Sintió más presión ese día o el de su estreno en Copa del Rey?

—Bueno, ese día la presión era diferente. Iba a jugar en Primera División por primera vez en mi vida. En cada partido de este nivel estás sometido a una gran presión. Intento no pensar en eso, sino en salir a disfrutar y hacerlo lo mejor posible. El trabajo ya estaba hecho en los entrenos y llegas al partido con esa tranquilidad. Si sale bien, sale bien; y si no sale como está planeado, pues toca fijarse en los fallos y mejorar.

¿Cuál es su sueño tras haber alcanzado ya la elite del fútbol español?

—Mi sueño siempre fue jugar en Primera. Aunque ahora mismo lo haya cumplido, creo que un jugador es de una categoría cuando juega un número considerable de partidos.