Una imagen del UD Ibiza-Palma de la temporada pasada. | Marcelo Sastre

El nuevo proyecto de la UD Ibiza CV Eivissa arranca mañana con un derbi balear contra el Sóller en tierras mallorquinas. La plantilla ibicenca todavía no está cerrada y el arranque liguero se le hará duro a los pitiusos, cuyo objetivo este curso es, de momento, la permanencia. Eso sí, en función de cómo transcurra la campaña y el rendimiento de las incorporaciones que quedan por hacer, no se descartan cotas mayores.

Para el plantel de esta temporada, el conjunto celeste ha tirado sobre todo del filial y la escuadra juvenil. Daniel Ochoa y Alejandro Alzina son algunos de los que ascienden de la UD Ibiza B. Sigue Camilo Corona y han llegado dos incorporaciones de fuera de la isla: el colocador Néstor Martínez (Villena) y el central Rubén Casero (CV Valencia).

Son dos complementos más para una plantilla que aún debe fichar, en palabras del presidente Mariano Esteban, «dos o tres jugadores este mes» que den un importante salto de calidad al cuadro unionista. Por otra parte, se mantienen abiertas las negociaciones con un jugador clásico del club: Arthur Borges. Además, la apuesta por la juventud es clara. No en vano, en el plantel ibicenco se encuentra Lluís Marí, un cadete que ha regresado a la isla tras su paso por la Concentración Permanente de Palencia. En este sentido, Mariano Esteban se congratuló por tener «una de las mejores canteras, con casi 180 jóvenes el año pasado».

El máximo mandatario de la entidad afirmó ayer que la meta es «la permanencia». «Depende de cómo acabe siendo la plantilla se buscarán otros objetivos», añadió Mariano Esteban. El proyecto ha pasado de ser netamente profesional a amateur en lo que a jugadores se refiere, de ahí que ahora toque ir poco a poco.