El partido comenzó con más agresividad de la normal por parte de los melillenses. De hecho, sus excesos le costaron dos tarjetas amarillas en poco más de diez minutos, uno para Moi Rodríguez otra para Siddiki. Este, por cierto, estuvo a punto de lesionar a Eugeni en el arranque al pisarle el pie y pasarse el centrocampista bastante tiempo tendido en el césped con evidentes síntomas de dolor.
Afortunadamente para los visitantes, el ex del Zaragoza pudo seguir en el campo. Y menos mal que lo hizo, porque de sus botas nació la acción del 0-1 en el minuto 20. Eugeni botó un saque de esquina desde el costado derecho y Pepe Sánchez cabeceó el centro al fondo de la red con un remate ajustado al palo.
Era el primer balón que la Udé enviaba entre los tres palos y fue para abrir la lata. Los celestes, que estrenaron la equipación amarilla este domingo, se pusieron así por delante en un encuentro en el que desde el principio quedó patente la diferencia con los melillenses. Estos se limitaron a defender ante un conjunto ibicenco que, si bien es cierto que no había creado peligro, era el que dominaba claramente la posesión.
Con 0-1 en el marcador, el cuadro local no dio ningún paso adelante. Eso hacía que la UD Ibiza siguiera controlando el partido, con la ventaja añadida de no tener que arriesgar absolutamente nada al ir por delante en el electrónico.
Con este panorama, estaba más cerca el segundo tanto de los pitiusos que el empate. Soko avisó con un jugadón individual por el costado derecho, pero el pase de la muerte lo rechazó la defensa. Quien sí tuvo el gol de la tranquilidad fue Obolskii en el minuto 39. El ruso realizó un control orientado tras un pase de Gallar y, tras forcejear con Moi Rodríguez en el área, se sacó un disparo que fue directamente al cuerpo del portero.
El Melilla no hallaba la forma de hacer daño, pero tuvo una oportunidad para igualar la contienda en el tiempo de descuento. Reynet regaló un córner y, tras ejecutarlo Dani García, Yuste cabeceó alto. Fue la última acción de un primer tiempo en el que la Udé se mostró superior.
La segunda mitad no se pareció en nada a la anterior. El Melilla despertó de su letargo, sabedor de que jugando como antes no tenía absolutamente ninguna opción de puntuar, y el equipo de Guillermo Fernández Romo ya no tenía el control.
Los pupilos de Juan Sabas no tardaron en avisar de sus intenciones. A los cinco minutos, Moi Domínguez cabeceó una falta lateral al larguero, si bien el juez de línea levantó el banderín por fuera de juego. Poco después, en el 54, Migue voleó fuera dentro del área tras una acción de segunda jugada.
En apenas nueve minutos, el Melilla había hecho más en ataque que en todo el primer tiempo. Los melillenses se mostraban más intensos y rozaron el empate en el minuto 63, en un remate de espuela de José Enrique.
Cuando mejor estaba el equipo local, la UD Ibiza dio el zarpazo definitivo. Javi Jiménez le robó la cartera a Siddiki en la línea de tres cuartos, metió un balón lateral perfecto para Tienza y este, con una tranquilidad tremenda, definió a la perfección en el mano a mano con el portero, cruzando la bola y subiendo el 0-2 al tanteador.
Reynet, sin trabajo a lo largo del encuentro, salvó los muebles nada más sacar de centro el cuadro melillense. El guardameta francés demostró unos grandísimos reflejos con una mano abajo a disparo de un Dani García, que se había plantado solo ante el portero.
El partido ya no tuvo más historia. El Melilla no tenía capacidad para remontar, ni siquiera para empatar. Es más, por si alguien tenía dudas de quién ganaría, Cedric se encargó de disiparlas. Tras una buena acción individual de Abde, el nigeriano, que llevaba poco en el campo, se sacó un zapatazo desde la frontal del área para firmar el definitivo 0-3. De esta forma, la UD Ibiza volvió a demostrar por qué es el mejor visitante de toda Primera RFEF y desde ya tiene la mente puesta en el líder en el que será el partidazo no sólo de la jornada, sino posiblemente de la categoría.
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