Guillermo Fernández Romo, en el banquillo, durante el último partido disputado en casa. | Arguiñe Escandón

Las aguas bajan turbulentas por Can Misses, pero salvo cambio dramático de los acontecimientos Guillermo Fernández Romo seguirá, al menos, una semana más al frente de la UD Ibiza. La presidencia del club ha decidido confiar en el técnico y darle una nueva oportunidad de poner freno a la mala racha de resultados.

El buen hacer celeste en la primera vuelta le ha dado crédito a Romo. En otras circunstancias, ocho partidos sin ganar hubiesen sido sinónimo de destitución, pues es algo que en la corta historia del club ha ocurrido en varias ocasiones. Si bien es cierto, que los números, casi de récord, de la primera parte de la temporada hacen que se siga confiando en él y su cuerpo técnico para revertir la situación y volver a soñar con el ascenso.

Mantener a Romo hasta el Melilla. Ayer esa era la decisión tomada por el club, pero también es cierto que tras la derrota contra el San Fernando hubo un momento delicado en la que se barajó la posibilidad del cese y en la que el técnico llegó a tener su futuro en la isla muy comprometido. El paso de las horas hizo que regresase la tranquilidad y que se apostase por la continuidad del técnico elegido este verano para devolver al equipo al fútbol profesional.

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Además, se valora y mucho que el Melilla puede ser ese rival propicio para cambiar la dinámica. No es normal el bajón que ha tenido el equipo y el aspecto anímico puede ser un factor clave. Las ocho jornadas sin ganar están pesando y mucho en una escuadra que está teniendo problemas para encontrar los caminos al gol y cuando lo hace falla ocasiones que hace unos meses subían al marcador. Esto hace que los números de la segunda vuelta sean prácticamente de descenso.

Dos partidos clave

Los norteafricanos se presentarán en Can Misses en lo que para ellos será casi un partido a vida o muerte. Quedan 24 puntos por disputarse y tienen un déficit de nueve con la permanencia. No están desahuciados, pero les quedan muy pocas oportunidades. Así pues, es uno de los rivales más débiles de la categoría. De hecho, esta jornada y la siguiente, contra el Atlético Baleares, los celestes se medirán a dos equipos que prácticamente se están despidiendo de la categoría.

Son dos grandísimas oportunidades para sumar seis puntos que permitan recuperar la confianza y las sensaciones para una recta final en la que el nivel de los rivales se elevará y, sobre todo, para un playoff que parece inevitable, ya que como dijo Romo en rueda de prensa, el primer puesto empieza a estar imposible.

De hecho, en la cúpula del club se empieza a mirar más ya hacia los equipos que están por detrás en la clasificación. Incluso planea la preocupación de la posibilidad de que si la debacle continúa se acaben quedando fuera del playoff. Por eso, este partido contra el Melilla será visto como un matchball para Romo y todo lo que no sea ganar acercará la decisión de hacer un giro drástico para intentar frenar la caída, ya que en estos momentos parece imposible que las cosas puedan ir a peor.