Sete Benavides, concentrado en un entrenamiento en Londres. | M. Joy

Apenas poco más de un año ha pasado desde el Europeo de Belgrado, en 2011. Allí, Sete Benavides hacía acto de presencia con la ilusión de colarse en una final y salió con un subcampeonato continental que multiplicó sus expectativas y ratificó las tesis de su entrenador, Kiko Martín. Él defendió desde tiempo atrás el potencial y las posibilidades de su pupilo en la distancia del C1 200 metros, y tras superar incontables clasificatorios y selectivos, además de renovar su plata europea meses atrás y hacerse con el bronce en el Mundial de Szeged (Hungría), le llega la oportunidad de entrar en los anales del deporte español con apenas 21 años, en el día de su debut en unos Juegos Olímpicos, los de Londres 2012.

Esa juventud y descaro son dos de los argumentos que definen al canoísta del Real Club Náutico del Port de Pollença, que no se obsesiona con los metales, aunque sabe que es un objetivo que está a su alcance. Pero para ello, deberá solventar con nota su puesta en escena en el canal olímpico de Eton Dorney. Allí se disputan hoy la primera ronda y las semifinales en su especialidad. Sete, por los resultados antes mencionados, junto al bronce en el Preolímpico y el oro en la Copa del Mundo de Duisburgo, es un fijo en la nómina de aspirantes. Tanto, que hasta la revista ‘Sports Illustrated’ le otorga un bronce en sus pronósticos.

Esa presión generada por el entorno la saben manejar Sete y Kiko, a la caza de un nuevo metal para la canoa y el piragüismo español, tras el recital de David Cal. Pero no va a ser misión fácil ni asequible. Para empezar, esta mañana afronta una serie clasificatoria (11:05, hora española) en la que todos los participantes tienen plaza garantizada para las semifinales (sólo en una de las cuatro series habrá eliminados). Eso sí, un buen tiempo y una posición delantera le darán ventaja en el último peldaño hacia los diplomas.

Rivales
En su manga topará con pesos pesados y campeones mundiales y europeos como el uzbeco Vadim Menkov (C1 1000), el bielorruso Szianis Harazha (C1 500), el chino Qiang Li (C1 500) o el eslovaco Lubomir Hagara, oro en la Copa del Mundo de Hungría. Sólo el samoano Rudolph Williams se presenta asequible para Benavides en su debut olímpico, antesala de las semifinales, a formarse en tres series que darán inicio a las 12:30 (hora española), y en las que con toda probabilidad su máximo oponente podría ser el ruso Ivan Shtyl, excampeón del mundo.

En ese punto, sólo los dos primeros de cada tanda y los dos mejores tiempos restantes tendrán el privilegio de estar mañana (10:54, hora española) en la final del C1 200 metros, un esprint a menos de cuarenta segundos en los que cada milésima cuenta y puede ser decisiva. El margen con el que cuenta Sete Benavides, reciente campeón de España en la distancia, le permite encarar con ilusión de atrapar metal los Juegos de Londres 2012, aunque a la vez servirán de notable experiencia para el joven palista del Real Club Náutico del Port de Pollença, que espera llegar en su mejor momento a Río, dentro de cuatro años, pese a que hoy y mañana saldrá a por todas, a la caza de la única medalla que falta en su corto pero destacado palmarés, con preseas continentales y mundialistas ya en su haber.

Las condiciones de viento y la climatología no parece que vayan a ser un obstáculo para Sete y su canoa, que en palabras de Kiko Martín «desliza muy bien», siendo clave para las tres pruebas que espera poder disputar el realizar una buena salida.

Sete Benavides se mostró ayer tranquilo en las horas previas antes de entrar en acción. «Coja medalla o no, dormiré igual de bien. Se dice que tengo opciones, pero las medallas se ganan en la pista, no en los pronósticos», recuerda el vigente doble subcampeón de Europa ante las expectativas que ha generado de cara su estreno olímpico. «Lo importante es estar bien en las eliminatorias. Es el día clave. No se puede fallar. Hay que meterse en la final, y después hablaremos de si podemos o no ganar medalla», asevera Sete, que va a salir a por todas, sabedor de que, por encima de los demás, está la figura del azerbayano Demyanenko. «Es el mejor y ahí están sus resultados», pero para Benavides, «todos cuentan, aunque los que siempre están delante seguro que no fallarán. Todos son rivales directos y yo tengo que ir a hacerlo mejor que ellos. Tengo ganas de competir y decir que soy olímpico, pero también de hacerlo bien», manifestó.