Una de las gradas de Can Misses, prácticamente vacía durante el duelo entre el Atlético Isleño y el Llosetense. | Tomás Sánchez

El Atlético Isleño no acaba de enganchar. El equipo se siente cada vez más solo cuando salta al campo de Can Misses, desolado como pocas veces en las últimas jornadas. Sumados los espectadores que han asistido a ver a los azules en los tres últimos partidos como local, ni siquiera se alcanza la mejor entrada de la temporada, cifrada en 300 espectadores durante el derbi contra la Peña Deportiva de la séptima jornada.

En los dos últimos choques no se ha llegado a alcanzar la centena de aficionados y la media actual es de 156 por partido. Cincuenta y cerca de 100 supporters se acercaron al principal estadio de la Isla para ver jugar al cuadro de Antonio Asensio, que cree que hay que «asumir parte de culpa en eso». Eso sí, pueden excusarse en parte por la coincidencia de horario con los duelos de San Rafael, la tormenta que cayó en el penúltimo duelo en casa y la celebración al mismo tiempo de la última prueba del Mundial de Fórmula-1 el pasado domingo. Todo influye, aunque bien es cierto que las cifras de afluencia no son precisamente muy superiores en el resto de encuentros.

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