El banco de tiempo es un programa que fomenta las redes sociales y la cooperación entre los ciudadanos. Se trata de poner en contacto a personas que tengan unas habilidades o saberes con otras», explicó ayer Pilar Ferrero, concejala de Bienestar Social de Sant Josep. Con esta iniciativa además, se conseguiría conciliar la vida laborar y la profesional.
Esta experiencia nació en la Península hará unos 20 años y los resultados son más que positivas. «Además de casos de otros municipios en Cataluña, conozco varios de mujeres de aquí, que son las usuarias más habituales, que sin haberse creado el banco de tiempo ya se están ayudándo, por ejemplo, en tareas relacionadas con el cuidado de los hijos e intercambiando tareas», añadió Ferrer.
El procedimiento para formar parte del banco de tiempo es sencillo: Se debe rellenar un formulario con los datos personales y con las habilidades que el usuario puede ofrecer y después se concertaá una entrevista personal. Una vez admitido como usuario, se le entrega un talonario con cheques por valor de una hora de tiempo. El ayuntamiento hace de intermediario entre, por ejemplo, un docente que forma parte de la iniciativa puede dar alguna clase o ayudar a una persona con dificultades en este terreno. Normalmente los servicios que se intercambian varían en función de las características del núcleo de población donde se crea. Lo normal es que sean labores de compañía o cuidado, en el caso de las personas mayores; tareas relacionadas con los niños; en el caso de poblaciones más jóvenes; y también se da un intercambio de oficios, en zonas más industriales.