Que Balears es una zona atractiva para vivir está fuera de toda duda: conectividad, tamaño, clima o variedad de paisajes la hacen casi única pero que también lo sea para invertir es algo más complejo: costes de movilidad, fiscalidad, las noticias al respecto de la seguridad jurídica de los inversores (limitaciones y prohibiciones relacionadas con la inversión inmobiliaria).

Sin embargo hay que tener muy en cuenta que hay cierta relación entre «vivir en una zona» e «invertir en esa zona» y parece que en Balears esta conexión es más que directa. La inversión extranjera en España se centra en las zonas donde hay más negocio: Madrid por ser la capital y centrar la mayoría de las empresas, País Vasco por su industria y por su fiscalidad ventajosa y Catalunya por su industria y por ser una «segunda capital copan casi toda la inversión con un 50,40; 16,15 y 11,36% respectivamente, es decir entre las tres se llevan un 77,90% de todo lo que invierten extranjeros en nuestro país.

Por lo tanto, el resto tienen un peso residual en este aspecto y entre ellas está la nuestra: los extranjeros invierten 455,33 millones de euros, lo que representa un 1,33% del total nacional, siempre según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Consumo a cierre de 2022.

Esta cifra parece insignificante, ya no solo para el conjunto de la inversión foránea en España sino por representar menos del 2% del PIB balear, algo inferior al peso que del conjunto de España (algo más del 2,5%). Sin embargo hay que tener en cuenta que se está incrementado de forma exponencial en los últimos años: no solo es un incremento del 83,92% respecto a 2021, todavía con la pandemia pesando en los bolsillos de los inversores, ha crecido un 58% respecto a 2019 y un 226% respecto a 2018 cuando la inversión extranjera era únicamente de 139,3 millones de euros.

Ahora bien, mirando a largo plazo, desde que el Ministerio ofrece estos datos (1993), 2022 no es el año con más inversión extranjera, le superan 2013, 2016 (años de fuerte recuperación económica) y 2008 (en plena burbuja inmobiliaria) con un 74%; 29% y 22% más respectivamente. En cuanto al origen de los inversores extranjeros, pocas conclusiones se pueden extraer; el principal origen de estas inversiones es Reino Unido (32%), sin embargo los siguiente no parece realista que sean el origen real: Suiza (28%); Luxemburgo (13,34%) o Irlanda (6,54%), quedando Alemania (4,89%) tras estos países fiscalmente muy eficientes y donde se instalan muchas de las empresas y personas que, posteriormente, hacen inversiones en nuestras islas.

Respecto a los sectores, cuatro de ellos acumulan casi el 90% de la inversión internacional y tres no sorprenderán: (i) el primero es el de actividades de agencias de viajes, operador turístico y reservas con el 30,31%; (ii) el segundo es el que más puede sorprender, investigación y desarrollo (25,80%); (iii) el tercero las actividades inmobiliarias (21,34%) y (iv) el cuarto los servicios de alojamiento (10,89%).

Viendo los sectores, el crecimiento de inversión extranjera estos años y cómo evoluciona el precio de la vivienda en Balears, buscar una relación como la que se explicaba al principio (diferencias y similitudes entre «vivir en» e «invertir en») es indispensable, ya no solo por la importancia en los datos, sino también por cómo afecta a las familias.

Según el Colegio de Registradores el porcentaje de compras de extranjeros en el cuarto trimestre del año ha sido del 36,15% del total, únicamente superados por otra provincia con buen clima, Alicante, con un 42,94%. De hecho las siguientes ciudades también son de climas bondadosos para el extranjero: Málaga, Santa Cruz de Tenerife, Girona, Las Palmas y Murcia.

Por lo tanto, a pesar de Balears ser una zona con poca inversión extranjera respecto al conjunto de España, el peso se centra en turismo e inmobiliaria, siendo éste último perjudicial para la población local si no se incrementa el nivel de vida de los residentes baleares.l