Seamos rigurosos con el término industria como lo define el Ministerio, el porcentaje de empresas en Balears es muy pequeño, representa menos del 6% en el epígrafe de la categoría industria que recoge el Código Nacional de Autoridad Económica (CNAE). Dicho esto, hemos de replantear lo que representa la palabra «industria» para que recoja mejor la actividad que engloba.

En la Asociación de Industriales de Mallorca Asima están integradas empresas de diferentes categorías y lo que nos trasladan son las dificultades que se están encontrando. En estos momentos las empresas están en una situación de incertidumbre. Los problemas de suministros energéticos se han incrementado a raíz de la guerra en Ucrania y en Balears tenemos el hecho diferenciador de la insularidad que acarrea más problemas de distribución y entrega.

Tenemos por tanto el problema eterno del encarecimiento de los materiales, las construcciones no pueden cumplir los presupuestos porque ha encarecido también el transporte, la mano de obra, la electricidad…, se ha reducido mucho la producción y, sobre todo, se han disparado los costes.
Los industriales que dependemos de la construcción, tenemos el mismo problema y aparte, no encontramos técnicos profesionales para incrementar la plantilla, abastecer las obras en curso y coger obras nuevas.

Por eso es importante preparar y cualificar a gente, para que pueda aportar la mano de obra a los industriales de lo necesitan. Se están viendo muchas dificultades tal y como nos lo trasladan empresarios de diferentes sectores.

La tensión con los datos de la inflación y el incremento de los costes energéticos lleva generando incertidumbre desde el otoño y para la temporada que viene. Este 2023 las previsiones de crecimiento son muy dispares según las diferentes fuentes de información. Todo lo que sea incrementar costes es un problema y un imprevisto para la competitividad de las empresas.

No obstante, según los datos de la Fundació Impulsa Balears, «la industria balear modera su ritmo de crecimiento, pero sigue al alza en un contexto global poco favorable». Dicho informe recoge que «el sector industrial de las Islas ha sido capaz de mantener una tasa de crecimiento interanual positiva durante el último cuarto del año, en un contexto en que, si bien la tensión en las cadenas globales de suministros ha seguido todavía vigente, la caída del precio del gas y del petróleo ha empezado a aligerar la presión sobre los costes de producción».

Quiero destacar que en la Asociación de Industriales de Mallorca nos preocupamos por las más de 2.000 empresas y 20.000 trabajadores que hay en los polígonos Son Castelló y Can Valero. Entre nuestras prioridades está el atender las cuestiones que preocupan a nuestros asociados. Hacer de puente entre las empresas y la administración es uno de nuestros cometidos, para trasladar las inquietudes y problemas del empresario. Los empresarios necesitamos seguridad jurídica, certidumbre para poder planificar a medio y largo plazo. Es importante que se sepa que el tejido empresarial debe hacer frente a varios problemas: falta de mano de obra, falta de vivienda, colapso de movilidad… y la lentitud de los fondos europeos es otro de los grandes problemas.

El pasado junio, junto con miembros de la sección ASIMA Jóvenes, la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB), Carmen Planas y miembros de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Balears, trasladamos a diferentes organismos europeos en Bruselas nuestra inquietud por el escaso acceso a los fondos europeos, por parte de las pequeñas y medianas empresas. Allí nos reunimos con varios eurodiputados y asesores del Parlamento Europeo y también con la delegación en la capital belga de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). De estas reuniones, la delegación empresarial balear constatamos lo que se viene denunciando desde hace tiempo desde las patronales: que los fondos europeos no están llegando a las pymes porque hay mucha burocracia y al final se están quedando en el gobierno, en gasto público de la administración y no en ayudas directas a las empresas. Una realidad que se suma a la situación de incertidumbre anteriormente mencionada.l