José Ramón Bauzá y Biel company durante la reunión del comité ejecutivo del Partido Popular el pasado mes de julio. | Pere Bota

Desde que Miquel Vidal ha tomado de verdad las riendas del PP Balear, las brisas de la calma están sustituyendo a los huracanes que sembró José Ramón Bauzá con su intento de madrileñizar el partido que fundó Gabriel Cañellas. Las palabras de Biel Company desmarcándose del TIL no han sido una casualidad, «representan el sentir de la mayoría de la militancia, que nunca quiso que la cuestión lingüística se convirtiese en motivo de conflicto social ni mucho menos educativo», afirma Sebastià Sagreras, alcalde de Campos y uno de los más destacados dirigentes regionalistas.

A medida que se acaba el verano, las aguas internas vuelven a su cauce después de la revuelta en contra de Bauzá tras el «fracaso» de las pasadas autonómicas, en que el PP balear obtuvo uno de los peores resultados de toda España. El apoyo a Miquel Vidal «es cada vez más sólido». El nuevo presidente interino tiene la misión de llevar al partido hasta el próximo congreso, que no podrá celebrarse hasta la primavera del 2016, «como mínimo». Mientras, ya se comienza a trabajar para «obtener un buen resultado en las generales». Entre los regionalistas va ganando adeptos Mateu Isern para que ser el número uno al Congreso. «Tendrá muchos apoyos», afirman fuentes de esta corriente. Caso de ser designado candidato, «será la visualización del cambio de rumbo y de que la etapa Bauzá ha quedado completamente atrás».

El siguiente paso será apostar por el nuevo presidente del partido. Aquí hay dudas ya que «queda mucho tiempo» y «no es seguro que Biel Company esté dispuesto a asumir esta responsabilidad». Esta actitud del exconeller de Medi Ambient de no mostrar excesivas ganas de situarse al frente del regionalismo es lo que frena a muchos partidarios de esta tendencia a señalarlo directamente como futuro líder.

De todas formas, el PP Balear esta recuperándose del trauma que supuso la derrota del 24-M. Los regionalistas están convencidos de que «la pérdida de 75.000 votos se debió a errores muy claros de los que entonces mandaban», en clara alusión a la prepotencia de Bauzá, pero «de la misma manera, ya se está viendo que la izquierda en el poder está cayendo en el mismo error. La gente está captando que una vez que ocupan los despachos oficiales se olvidan de los que les llevaron al poder para cambiar las cosas».

Ahora el objetivo de los regionalistas «es recuperar terreno perdido en las próximas generales. Si lo logramos, habremos vanzado mucho». Los desprecios a la lengua y a los símbolos propios de Balears se han convertido en «errores del pasado». Los distendidos encuentros de este agosto han servido para perfilar un nuevo modelo de partido «mucho más próximo a los ciudadanos, a los vecinos, preocupándonos por sus cuestiones concretas».

El mensaje de Company respecto al TIL estaba pesado y medido. No fue ningún desliz, sino fruto de una estrategia preconcebida de antemano.

Mientras, los rodriguistas de Palma, que fueron el gran apoyo de Bauzá, permanecen callados y agazapados en la planta baja de la sede del partido en la calle Palau Reial. No se les ve con ganas de hacer la puñeta ni de forzar tensiones internas. Esperan, «pero ya conscientes de que con sectarismos en materia lingüística o educadiva no se llega nunca a buen puerto».