▲ La Mesa de los líos. La presidenta del Parlament, el martes, al llegar a la Mesa de la Cámara para iniciar el pleno. A la derecha, el socialista Vicenç Thomás y a la izquierda María Salom y Miquel Jerez (PP). Thomás podría ser presidente si es para el PSIB. Foto: JOAN TORRES

La presidenta del Parlament, Xelo Huertas, no se lo pondrá fácil al partido que le ha suspendido cautelarmente de militancia. De hecho, se tomará su tiempo antes de abandonar la presidencia del Parlament. Por lo pronto, ha puesto en manos de un abogado su expediente y está revisando las posibilidades y márgenes que deja el reglamento para continuar. Ni se irá inmediatamente al Grupo Mixto hasta que no reciba una indicación clara ni dejará la silla presidencial.

Aunque el artículo 39.c del Reglamento establece que los miembros de la Mesa cesan como tales cuando «dejar de pertenecer a su grupo parlamentario», no hay unanimidad sobre esa interpretación. De hecho, en otras cámaras legislativas, algo así es imposible.

También a Podemos ha llegado esta interpretación que otros portavoces políticos no comparten. Lo cierto es que la indefinición y la interinidad se ha adueñado de la Cámara. Huertas presidió ayer con naturalidad una reunión de la Mesa y de la Junta de Portavoces y preparó el orden del día del pleno de la semana que viene.

Tras estas reuniones, los partidos que integran el Govern, PSIB y Més , y los de la oposición exigieron a Podemos que «zanje la crisis institucional» que ha provocado.

Asignaciones

Desde el PSIB, su portavoz parlamentario, Andreu Alcover, dijo que a su grupo le gustaría que Podemos «arregle cuanto antes por el bien de la institución» la crisis abierta.

David Abril (Més) destacó «la prioridad número uno» es que el actual acuerdo político de legislatura con socialistas y podemistas «incluya normas de convivencia para evitar convertir la política en un espectáculo».

En opinión de David «lo que menos interesa ahora es hablar de sillas», en relación a quién debe presidir la Cámara.

Xavier Pericay (C,s) afirmó que si finalmente las diputadas de Podemos acaban en el Grupo Mixto, «tendrán que venir con mochila», es decir, que habrá que replantear las asignaciones económicas por grupos y, también, los tiempos de intervención.