La empresa de distribución de alimentos está ubicada en el polígono Can Matzarí de Inca. | Laura Becerra

El empresario Miguel Socias Soler, propietario de le empresa que lleva su nombre en Inca, ha sido condenado a un año de cárcel por manipular y revender alimentos que estaban a punto de caducar, a principios de 2018. La jueza titular de lo Penal número 2 de Palma ha tenido en cuenta la circunstancia atenuante de confesión y de reparación del daño a la hora de dictar la sentencia.

El procesado, que ha sido inhabilitado durante dos años para el ejercicio de cualquier profesión relacionada con el comercio de alimentos, deberá hacer frente al pago de una multa de 28.000 euros por un delito contra la salud pública.

Sentencia
El acusado es comerciante y cotitular de la sociedad mercantil Miguel Socias Soler S.L., destinada a la distribución de productos alimenticios. La magistrada declara probado que, entre el 29 de enero y el 5 de febrero de 2018, poseía en sus almacenes productos alimentarios valorados en 27.103 euros que distribuía en el mercado para el consumo de terceros. Las etiquetas, según recoge la resolución, habían sido modificadas sustituyendo la fecha de caducidad de las mismas por una fecha posterior con el consiguiente riesgo para los consumidores.

La Conselleria de Salut, a través de tres actas, suspendió cautelarmente la actividad de la empresa e inmovilizó todo el género afectado por el etiquetaje modificado que posterioremente fue destruido.

El acusado reconoció los hechos mediante un acta notarial de fecha 8 de febrero de 2018, así como en sede judicial. La defensa del hombre solicitó la suspensión de la pena de prisión durante el plazo de dos años y el ministerio fiscal no se opuso con la condición de que no cometa ningún delito en ese tiempo.

La gran nave industrial de Miguel Socias Soler se encuentra en el polígono Can Matzarí de Inca. Los alimentos que manipuló el acusado eran, sobre todo, fiambres, quesos y patés que distribuía a restaurantes y hoteles de la comarca de es Raiguer.