El director de la Oficina Anticorrupción, Jaume Far. | Teresa Ayuga

El director de la Oficina Anticorrupción, Jaume Far, ha negado irregularidades al frente de la institución y ha cargado contra el informe de la Sindicatura de Comptes que cuestionaba su gestión. Far ha detallado todas las deficiencias detectadas por la Sindicatura y asegurado que son fallos administrativos que no tienen la relevancia que pretende señalar el órgano fiscalizador de cuentas.

La Sindicatura elaboró un informe en el que denunciaba graves fallos en la contratación de personal, en el pago de los completos e irregularidades e ilegalidades en la contratación pública, pero el director de la Oficina ha minimizado estas irregularidades.

Far ha explicado que algunas de las deficiencias responden a las condiciones en las que montó la Oficina, solo y con un ordenador prestado por el Parlament. Ha negado haber ocultado información y ha denunciado indefensión ante la Sindicatura, que no ha respondido muchas de sus alegaciones. Ha señalado que muchos de los problemas planteados por la Sindicatura son irregularidades formales, no esenciales.

Los partidos políticos ha pedido más rigor al director de la Oficina. La diputada del PSIB Pilar Carbonero ha mostrado la preocupación de su partido por el informe de la Sindicatura, mientras que María Antonia Garcías, de PP, le ha advertido de que los socios del Pacte están tratando de quitarle al frente de la Oficina porque ha comenzado a investigar la vacunación de los altos cargos. La diputada de Podemos Esperança Sans ha criticado el tono de algunas de sus alegaciones y la portavoz de Cs, Patricia Guasp, ha defendido el mantenimiento de la Oficina y ha agradecido sus explicaciones, si bien le ha reclamado más rigor en la gestión del departamento.

Miquel Ensenyat (Més) no ha entrado en el fondo del asunto y ha defendido la necesidad de crear una Oficina de lucha contra la corrupción, si bien le ha pedido ejemplaridad ante las graves acusaciones de la Sindicatura.