Los menores han sido denunciados en la Comisaría de Ciutadella. | Josep Bagur Gomila

La Policía Nacional de Ciutadella investiga un caso de presunto acoso de un grupo de menores a una adolescente de la misma ciudad, que pudo tener su punto culminante en la tarde del pasado miércoles en la zona de Sa Coma. El caso ha quedado en manos de la Fiscalía de Menores dado que todos los implicados están entre los 13 y los 15 años.

Los padres de la chica presentaron el mismo día una denuncia en la Comisaría de la Policía Nacional, tras tener conocimiento de que los presuntos acosadores habían citado a la adolescente en ese lugar y que su propósito era intimidarla y agredirla. Fue la tarde en la que la Policía Local, alertada por los padres de otro menor amigo de la acosada, acudió al lugar de la cita.   

Tres dotaciones se personaron en Sa Coma, en las inmediaciones de una superficie comercial y fue cuando identificaron al grupo que, al parecer, aguardaba la llegada de la víctima que no acudió ya que fue avisada de la presunta encerrona que le habían preparado. La Policía, en un principio, creyó que se trataba de dos grupos que se habían citado para pelearse, como les indicaron los menores, e incluso algunso dijeron que todo era una broma. Los agentes intervinieron dos cuchillos de 20 centímetros a dos de los chavales.

No obstante, una adulta conocedora de la situación, reveló ante la Policía Nacional que se trataba de un caso de acoso a la niña desde hacía unos tres meses a través de las redes sociales. La denuncia se ha dirigido a seis de los menores identificados.

Desafíos a 20 euros la bofetada, audios y numeroros mensajes

Según la denuncia al grupo de menores, el acoso sobre la adolescente duraba ya tres meses. En el curso de la investigación en manos de la Fiscalía de Menores han aparecido mensajes intimidadorios, audios y mofas que circulaban por las redes sociales.

En la cita del miércoles en Sa Coma a la que no llegó a acudir la chica advertida de lo que podía sucederle, al parecer los presuntos acosadores habían cruzado desafíos que consistían en ganar 20 euros por cada bofetada. Cuando los menores acusados fueron identificados por la Policía Nacional esgrimieron que todo se trataba de una broma.

Los investigadores tratan de averiguar si además de este caso los menores habían acosado antes a otras víctimas.