La compra del hotel Formentor por el fondo andorrano Emin Capital a finales de 2020, por 165 millones, ha sido la mayor operación financiera realizada en las Islas.

La COVID no ha paralizado ni un ápice la voracidad de los fondos de inversión extranjeros y españoles para comprar hoteles propiedad de empresas de Baleares. Esto ha provocado que las cadenas de las Islas hayan liderado en 2020 y 2021 las operaciones de compraventa de alojamientos turísticos, por un valor que supera los 2.000 millones de euros tanto en las Islas como en el extranjero en el comparativo estatal.

La consultora Christie & CO ha dado a conocer esta semana su informe de coyuntura de inversión hotelera, en el que Baleares en 2021 captó el 22 % de las inversiones y un año antes el 48 % a nivel regional. El montante de las operaciones alcanzaron casi los 900 millones de euros. A esta cifra hay que sumar la cantidad de las realizadas por las grandes cadenas, entre ellas Meliá, Barceló y Riu, en Europa, Caribe, Latinoamérica y Asia. El montante global supera los 2.000 millones.

«Los destinos insulares volvieron a ser los grandes protagonistas de la inversión en vacacional, suponiendo conjuntamente un 69 % del total, gracias principalmente a las carteras transaccionadas, que incluyeron en su mayoría activos ubicados en las islas», puntualiza Christie.

La consultora indica, respecto a    este año, que «en nuestro mundo cambiante es cada vez más difícil realizar previsiones, pero no cabe duda de que las circunstancias hacen pensar en una clara mejoría para el sector turístico e inversor, a pesar de la inestabilidad geopolítica con la amenaza del conflicto entre Ucrania y Rusia, la inestabilidad del Gobierno inglés y las próximas elecciones en Francia».

Vaticina que, a partir del próximo mes de marzo, se prevé una fuerte recuperación del turismo. «Se espera que muchos hoteleros y operadores, sobre todo de tamaño medio, pensarán en la venta de alguno de sus activos como fórmula para fortalecer los balances de forma rápida y no dudamos de que, en no pocas ocasiones, la banca empuje este fortalecimiento acelerado», apunta la consultora.

Operaciones

Riu y Meliá capitalizaron las mayores operaciones de compraventa. Riu Hotels compró a TUI el 49 % que no controlaba en la sociedad patrimonialista Riu Hotels, por 670 millones.

Meliá, por su parte, se deshizo de ocho hoteles, con 1.600 habitaciones, que fueron adquiridos por el área de Banca de Inversión de Bankinter. El montante de la operación fue de 200 millones de euros.

Los fondos de inversión extranjeros, liderados por el norteamericano Blackstone y sus filiales,    siguen mirando todo tipo de opciones, como la que culminó con éxito el fondo Blasson Property con la compra del hotel Punta Negra, en Costa d’en Blanes, por 90 millones de euros.

Todas las consultoras inmobiliarias coinciden en señalar que la COVID «ha provocado que propietarios que nunca habían pensado en desprenderse de ciertos hoteles hayan tomado la decisión estratégica de vender». Esta circunstancia, en su opinión, «permite poner en el mercado activos que en casos normales no estarían a la venta». La falta de liquidez provocada por la pandemia, es la principal causa.

El apunte

Apetito voraz de los fondos por la gran liquidez disponible

La liquidez disponible está en niveles nunca vistos anteriormente y el apetito por todo tipo de activos hoteleros, desde económicos al lujo, y en todos los destinos, urbanos y vacacionales, nunca ha sido tan grande. Las bajas rentabilidades proporcionadas por otros sectores inmobiliarios y por otros destinos europeos han convertido al sector turístico español en uno de los objetivos de inversión inmobiliaria prioritarios de la comunidad inversora internacional, principalmente de fondos.