En Baleares, el margen de crecimiento es mayor debido al mayor impacto que causó la pandemia. | Redacción Local

Las previsiones de crecimiento para el Producto Interior Bruto (PIB) de Baleares en 2022 van a tener que reajustarse a la baja, otra de las consecuencias de la guerra en Ucrania. Todavía a expensas de lo que dure el conflicto y de sus ramificaciones en cuestiones como la inflación o el encarecimiento energético, los expertos entienden que su impacto va a ser lo bastante fuerte como para rebajar unas expectativas que, de entrada, ya apuntaban a un crecimiento menor que el experimentado en 2021. Analistas del Consejo General de Economistas informaron este lunes que prevén una caída de cuatro décimas en el crecimiento inicialmente previsto para España, de modo que se pasaría de una horquilla entre el 5,6 % y el 5,8 % a otra entre el 5,2 % y el 5,4 %.

En el caso de Baleares, el margen de crecimiento es mayor debido al mayor impacto que causó la pandemia por el derrumbe del turismo. BBVA Research esperaba que el Archipiélago liderara el crecimiento en 2022 junto a Canarias con una subida del 8,3 %, un porcentaje bastante por encima de la media estatal. Las expectativas, por tanto, ubicaban a las Islas ya en cifras muy cercanas a la época prepandémica, oteando una recuperación casi total que debería consolidarse en 2023.

El director de Fundació Impulsa, Antoni Riera, explica que todavía es pronto para lanzar una previsión exacta y más aún para integrar en ella los efectos de una guerra de la que nadie conoce ni alcance ni duración. Máxime cuando todavía no se ha cerrado el cálculo del crecimiento en 2021. En todo caso, se cree que el año pasado se cerró con un crecimiento que ronda el 9 % y ya se preveía antes del estallido del conflicto que no se iban a alcanzar esas cotas.   «La guerra afectará seguro y lo hará restando. Conocemos los efectos de una guerra como la de Crimea, que fue muy rápida, pero desconocemos los que tendrá ésta», explica Riera para pasar a enumerar múltiples variables como una posible alianza energética entre Rusia y China o el rol de las criptomonedas como factores que pueden hacer desesperante cualquier intento de previsión atinada a estas alturas. «Es demasiado aventurado ahora mismo».