Una persona pide limosna en las calles de Palma. | Teresa Ayuga

El primer año de la pandemia, 2020, cortó en seco la progresión positiva de la comunidad balear en los anteriores cinco años en términos de reducción de la pobreza. La población en riesgo de pobreza y/o exclusión social en las Islas experimentó un crecimiento del 46 %, más del doble que la siguiente región en la lista, en este caso La Rioja, con un 25 %.

La inflación desatada con la guerra en Ucrania llega en un momento en que los últimos muestreos revelan un incremento preocupante de la población vulnerable en las Islas. Así lo indica el más reciente informe del observatorio estatal de la Red Europea contra la Pobreza (European Anti Poverty Network), EAPN-España, el cual sitúa en un 22 % el porcentaje de población balear en riesgo de pobreza y/o exclusión social en 2020.

En términos absolutos, según estas estadísticas son un total de 266.217 las personas en riesgo, es decir, casi 90.000 más que el año anterior. Destaca el significativo incremento del número de mujeres que han pasado a engordar esta tasa; de hecho, la tasa AROPE -el indicador de la EAPN para medir la pobreza- entre las mujeres pasó del 13 % al 23,7 %, es decir, una subida de más de diez puntos que la lleva a sobrepasar la tasa masculina y que prácticamente desintegra la mejora experimentada en los últimos años en este apartado.

Con todo y a pesar de este espectacular crecimiento de la población en riesgo, la tasa de pobreza en Baleares (22 %) ha descendido casi ocho puntos desde 2015 y sigue ocupando la mitad alta de España; concretamente, es la séptima tasa más baja por detrás de Navarra, País Vasco, Aragón, La Rioja, Castilla y León y la Comunidad de Madrid. La media nacional es del 26,4 %, más de cuatro puntos por encima de la balear.

Respecto a los niveles de pobreza, unas 73.500 personas (6,1 %) se considera que están en situación de pobreza severa y hasta 84.000 (6,9 %) en condición de privación material severa. De estas últimas, unas 51.000 (el 61 %) son mujeres.

La condición de privación material severa (el caso más extremo de vulnerabilidad) se agravó por lo que el informe define como el «brutal efecto» de la pandemia, que provocó un importante incremento de las tasas a nivel nacional y regional.

Un 31 % de baleares no puede irse de vacaciones

Las 84.000 personas en condición de privación material severa deben afrontar situaciones como la imposibilidad de permitirse una comida de carne o pescado cada dos días (7,2 % de población balear) o mantener la vivienda a una temperatura adecuada (20 %). Asimismo, se estima que pasa del 31 % el porcentaje de gente que no puede permitirse irse de vacaciones una semana al año.