Zonas turísticas atestadas. Las inmediaciones del Mercat Vell presentaban este aspecto ayer, a rebosar de visitantes por el centro de la ciudad. | Daniel Espinosa

El plan de decrecimiento de plazas turísticas no comenzará a ser efectivo hasta dentro de cuatro años, fecha en la que finaliza la moratoria y el plazo máximo que tienen los consells para incorporar la reducción de plazas. «No se habla de decrecimiento, sino de mejor de la competitividad con medidas que son necesarias y que marcará una referencia internacional sin poner e peligro a nadie», afirmó ayer

Iago Negueruela, portavoz del Govern y conseller de Model Econòmic.
La medida tendrá efectos mínimos en el corto plazo ya que sus efectos son limitados: no afectan a la bolsa de plazas y solo se producirá la reducción en aquellas plazas de intercambio que previamente se hubieran adquirido de forma onerosa, según figura en la enmienda pactada por la izquierda. No afectará a los alojamientos que salgan a la venta, sino a las plazas que se intercambien.

«Es una ley de progresos, pero moderada, pionera en muchos aspectos y lo que busca es una mejora de la competitividad del sector», añadió Negueruela. El conseller recordó que en Balears hay en estos momentos 433.000 plazas, a las que se podrían sumar las 20.000 que aún quedan en la bolsa. Es decir, si no se actúa sobre esta bolsa, aún hay margen para crecer. El cambio de la ley impedirá ese crecimiento y favorecerá la reducción a largo plazo.

Negueruela fue muy crítico con el portavoz del PP, Antoni Costa, que había asegurado que la medida hará desaparecer 100.000 plazas y el 25 % de los puestos de trabajo. «El PP está mintiendo a la ciudadanía», dijo. Animó a Costa a que vuelva «a estudiar un poco si no quiere ser profesor» y lamentó que el PP quiera «trabajadores precarios y seguir creciendo, como hicieron con la ley Delgado».

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La respuestas de la oposición

Antoni Costa ha decidido cambiar la pregunta que iba a formular esta mañana a la presidenta del Govern en el pleno del Parlament y plantearle «cuántas plazas turísticas se tienen que eliminar en Balears».

Costa se mostró muy crítico con lo que interpreta que supondrán los cambios en la ley.
«Armengol y Negueruela se han quitado la careta», dijo para añadir que «ya no tienen suficiente con la moratoria y ahora hablan de decrecimiento». En su opinión, «es hipócrita que el Govern y Armengol digan que los datos de ocupación turística y del paro son un éxito, y días después hablen de decrecimiento».

El portavoz del PP, que calculó que se eloiminnraán 100.000 plazas –lo que negó Negueruela– concluyó: «Armengol ha vendido al sector turístico y a los trabajadores para conservar su Pacte».
También Patricia Guasp (Cs) criticó con especial virulencia la negociación. En un momento de su intervención dijo: «Me siento muy defraudada de que el Ejecutivo siga metiendo las zarpas en la tramitación parlamentaria».

Josep Melià (PI) , que está convencido de que el Govern incorporará propuestas de su partido, utilizó un tono mucho menos crítico en las formas aunque mostró sus discrepancia en algunas cuestions. Afirmó: «Estamos de acuerdo en que no debemos crecer más, ahora bien, no de esta forma, sin tener en cuenta el estudio de capacidad de carga que deben hacer los Consells».

Según el líder del partido insularista, sin un estudio previo, es cómo empezar la casa por el tejado.

El apunte

Las claves que aún se siguen negociando en la ley

Los partidos siguen negociando el cambio de usos de los hoteles para que sean VPO, una propuesta del PI, así como que la obligación de eliminar un 5 % de las plazas cuando se haga una ampliación. El pacte está dispuesto a aceptar que sea proporcional. No hay acuerdo ni sobre el todo incluido ni sobre los ‘beach clubs’. «Eso no significa ninguna contradicción entre los partidos ni pone en riesgo la ley», dijo Negueruela.