Su madre Dolores Martínez y su abuela Carmen Miranda junto a una imagen del joven mallorquín Ángel Adrover en Ucrania. | Alejandro Sepúlveda

El Ministerio de Asuntos Exteriores español investiga la muerte en Ucrania de Ángel Adrover Martínez, mallorquín de 31 años y natural de Portocolom (Felanitx), que se unió a las tropas del país eslavo a mediados de marzo para combatir la invasión rusa. Los responsables de Exteriores están en estrecho contacto con sus homólogos del Gobierno ucraniano para aclarar las circunstancias exactas en las que se produjo la muerte del combatiente mallorquín, así como para acelerar todo lo posible la repatriación del cuerpo.

En ese sentido, fuentes del Ministerio informan de que no se sabe cuánto podría demorarse el traslado, dada la convulsa situación en la que se halla inmerso el Estado ucraniano. No obstante, se confía en que el cuerpo pueda ser repatriado a lo largo de los próximos días. La División de Emergencia Consular del Ministerio fue informada del fallecimiento el pasado sábado por la tarde. La Embajada española en Kiev está investigando el caso en colaboración con las autoridades del país. Asimismo, permanecen «en contacto permanente» con la familia para ofrecerle toda la atención necesaria.

Ángel Adrover, posando ya armado en el frente.

Igual que sucede con la mayoría de combatientes españoles desplazados a Ucrania por su cuenta para combatir la invasión, el Gobierno de España no tenía conocimiento de la presencia allí de Adrover, quien carecía de formación militar. Fue en Ucrania, informaron a Ultima Hora familiares suyos, donde le adiestraron para combatir en el frente. Tampoco su familia tenía conocimiento en un principio de que se había alistado en las tropas ucranianas. Su madre, Dolores Martínez, señala que Ángel le dijo que se iba a Ucrania como voluntario para desarrollar labores humanitarias. Al parecer, colaboró con el Ejército en el área de telecomunicaciones en Lviv o Leópolis –ciudad del oeste del país, a unos 70 kilómetros de la frontera con Polonia– antes de decidirse a tomar las armas y ayudar en el campo de batalla. «No me escribía mucho porque no le dejaban comunicarse. No me dijo en calidad de qué iba a Ucrania porque sabía que yo me enfadaría», señala su madre, quien no se enteró de la verdad hasta pasado un tiempo.

Adrover se licenció con matrícula de honor en Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universitat Politècnica de Catalunya. Después de unos años en Holanda, tomó la decisión de irse a Ucrania.

Un coronel del Ejército ucraniano que había coincidido con su hijo se puso en contacto con ella personalmente vía Whatsapp. «Conocí a su hijo personalmente. Él estaba en la misma base donde verdaderamente empezó la guerra. Trabajó durante un corto espacio de tiempo en mi equipo de telecomunicaciones, en Leópolis, pero después decidió que tenía que ayudar en el frente. Era una persona muy honesta, extremadamente inteligente y con unos principios muy claros. Era una persona valiente, admiro su coraje». Adrover se graduó con matrícula de honor en Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universitat Politècnica de Catalunya. Según su madre, ya fue un estudiante destacado en el colegio San Cayetano de Palma. Tras graduarse se quedó a vivir en Barcelona casi un año y medio antes de regresar para trabajar como informático en el hospital Son Espases. Hace unos dos años se mudó a Holanda, su último lugar de residencia antes de viajar a Ucrania.