Una clase en el Conservatorio Superior de Música de Palma. | Teresa Ayuga

La lenta tramitación de la nueva ley de enseñanzas artísticas genera inquietud entre los aproximadamente 150 docentes que imparten estos estudios en Balears. La normativa debería haber entrado antes de acabar el año en el Congreso, pero el Ministerio de Educación todavía trabaja con un documento inicial y está recopilando aportaciones procedentes de todas las comunidades. «Lleva mucho retraso, demasiado, y lo que tenemos a disposición es muy genérico, lo que dificulta hacer propuestas», lamenta el director de la Escola d’Art i Superior de Disseny de les Illes Balears, Miquel Oliver.

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La normativa, que el sector espera desde hace años, regulará por ley las horas lectivas de los docentes, cómo deben de ser los planes de estudio, la independencia de los centros respecto a los gobiernos autonómicos y la becas. La idea central, compartida por los profesores, es que estos estudios se mantengan al margen de la universidad, pero que estén vinculados para permitir que diferentes centros puedan agruparse en una nueva entidad que podría llamarse ‘Campus de las artes’ o ‘Universidad de las artes’.

«Los estudios de enseñanzas superiores artísticas están muy maltratados y recibimos muchos menos recursos que la universidad, pese a que son equiparables», comenta Oliver. De hecho, calcula que, aproximadamente, la institución que dirige recibe una financiación ocho veces inferior por alumno que la universidad. El director del Conservatori Superior de Música de les Illes Balears, Josep Francesc Palou, afirma que hace veinte años que espera esta ley. Dice que entre los docentes impera cierta «incredulidad» en el sentido de que «ya nos vuelven a contar lo de siempre». Aun así, es positivo y cree que el Ministerio «va en serio».