Presidente de Aviba, Francesc Mulet.

Francesc Mulet (Inca, 1960), presidente de la patronal Aviba desde junio de 2019, es copropietario de la agencia Viatges Massanella. Entre 2016 y 2017 fue presidente del grupo de gestión de agencias AVA. Analiza la evolución de su sector en un año de reactivación turística como 2022, tras la pandemia, y plantea los retos de la industria turística balear en un año como el que hemos empezado lleno de incertidumbres por la guerra ruso-ucraniana y el nuevo rebrote del coronavirus en China.

¿Qué balance hace de la temporada 2022 en su sector?
—Ha sido un año que podemos calificar de satisfactorio, porque hay que decir que veníamos de unos meses muy complicados, de enero a mayo por la ómicron, y desde junio todo se reactivó. Al final hemos logrado recuperar las cifras de 2019, pero en este duro camino en el último año han desaparecido el 10 % de las agencias de viajes que operaban en Balears, tanto emisoras como receptivas. El número total ahora es de 140 agencias centrales y 220 con sucursales.

¿En 2023 qué esperan conseguir?
—Consolidar la reactivación del último semestre del pasado año y superar las cifras de negocio y volumen de 2019. Nuestra previsión es que llegaremos a final de año con un incremento de actividad de entre un 10 y 20 % por encima del año de prepandemia.

¿En cuanto al receptivo, cómo ha sido el comportamiento?
—Que el Gobierno británico levantará todas las restricciones a mitad del año tuvo un efecto dinamizador absoluto. Todos los mercados emisores funcionaron perfectamente y la previsión para la próxima temporada turística de verano es muy optimista.

¿Cómo se comporto el turismo español?
—Este mercado se ha consolidado como muy especial para Balears, tanto por su proximidad como en la evolución que ha tenido. Ha logrado posicionarse casi como segundo mercado, muy parejo al británico en cuanto a cifras.

¿Qué opina de la estrategia del Ministerio de Interior de utilizar a las agencias como fuente de información de los turistas?
—Consideramos la medida absurda, porque nos hacen realizar un trabajo que no nos corresponde. Además, es duplicar lo que ya hace la oferta de alojamiento, que facilita cada día el número de personas alojadas y sus nombres. Al margen de ello, la plataforma del Ministerio de Interior, hasta la fecha, no funciona. La queja de nuestra patronal nacional FEAVV a Interior parece que está teniendo éxito y nos van a reducir los requisitos a exigir a los clientes.

Ha sido un verano muy complicado por los conflictos en aeropuertos y aerolíneas, ¿confía en que esto no vuelva a suceder el próximo verano?
—La verdad que ha sido un año difícil para las agencias de viajes por todo el trabajo añadido que nos han supuesto las cancelaciones de vuelos y cambios de programación por las huelgas en las aerolíneas y problemas en los aeropuertos por falta de personal. Las huelgas, pese a todo, se han anunciado con tiempo y esto ha permitido a las agencias poder actuar en cierto modo. No es lo mismo si lo comparamos con las huelgas de los controladores aéreos franceses. Esperemos que este verano no se vuelva a repetir una dinámica de este tipo y que impere la normalidad.
¿La campaña de Navidad ha batido todos los récords de actividad y también de subidas de precios?
—La demanda española y europea ha estado por encima de la medida, pero hemos tenido que asumir el grave problema de las cancelaciones y retrasos en compañías aéreas españolas y extranjeras. En cuanto a los precios de los billetes, es cierto que se han incrementado por encima de lo normal porque las aerolíneas aplican algoritmos diferentes cuando hay mucha o poca demanda y esto afecta al precio final.

¿Cree que las aerolíneas se aprovechan del descuento del 75 % a los residentes en las Islas?
—Se aprovechan porque está comprobado que suben precios y aplican unas tarifas más altas a los residentes por este motivo. Estamos en una coyuntura de libre mercado y es muy difícil establecer precios máximos. El único que puede poner orden es el Gobierno central, que sabe perfectamente lo que hacen las aerolíneas. Las compañías saben que Bruselas no está por el intervencionismo y actúan como actúan con los precios.

¿Los viajes del Imserso deben cambiar?
—Debe haber un cambio radical, por no decir una auténtica revolución, en su diseño y productos para los beneficiarios del programa de vacaciones de la tercera edad del Imserso. El programa vigente no funciona y hay que adaptarlo a la demanda actual, porque los clientes han evolucionado y tienen otro tipo de comportamientos que los turistas del Imserso de hace 15 o 20 años. Repito, una vez más, que debe haber una revolución en este tipo de viajes.

¿Prevé un año complicado por las elecciones autonómicas y generales?
—Va a ser un año muy complicado porque los políticos están en otras cosas y miran más por sus intereses.

¿Ve positivo el proceso de concentración que se ha producido en el sector de las agencias de viajes?
—Es muy positivo, principalmente porque todo lo que haga ser más competitivas a las agencias beneficia al sector turístico español.

¿Los créditos ICO han sido algo más que un balón de oxígeno?
—La gestión de los créditos ICO ha sido fundamental para las agencias y aquí, en nuestra opinión, tanto el Govern como el Gobierno central han actuado de una forma muy positiva. Los créditos ICO han evitado la desaparición de muchas agencias de viajes en Balears.