Imagen de archivo de un local de Vila. | Daniel Espinosa

Baleares arrancará la temporada con los mejores datos de empleo que se recuerdan: nuevo récord histórico de afiliados a la Seguridad Social, esta vez en un mes de marzo, y una tasa de paro también bajo mínimos para esta época del año que incluso enfila ya la senda hacia el pleno empleo. Unos datos que, paradójicamente, volverán a convivir por segundo año consecutivo con otra temporada con un significativo número de vacantes por cubrir. Al menos a tenor de las previsiones de las patronales, que insisten en su preocupación por la falta de mano de obra que anticipan para la temporada alta.

La afiliación media en el mes de marzo fue de 493.459 personas, lo cual implica que el Archipiélago fue el responsable de la creación de uno de cada siete puestos de trabajo generados en España. El aumento de ocupación respecto a febrero es el mayor de toda la serie histórica, casi 30.000 afiliados más. Una cifra que prácticamente coincide con los llamamientos a fijos discontinuos durante ese mes. La aceleración del ritmo de incorporación de estos trabajadores al mercado laboral está siendo mayor que nunca: durante el primer trimestre se han acumulado un total de 51.208 llamamientos a empleados de este segmento laboral, 20.000 más que el año pasado (un repunte del 68 %).

El conseller de Model Econòmic, Turisme i Treball, Iago Negueruela, ha destacado que «somos la comunidad autónoma que más empleo crea y donde más desciende el paro». Por su parte, el director general de Model Econòmic i Ocupació, Llorenç Pou, ha destacado el avance en las llamadas a los fijos discontinuos como «el elemento explicador de las buenas cifras de empleo de marzo». Un hecho que «deja claro que las estrategias de desestacionalización turística están dando resultados», ha remachado Negueruela.

Asimismo, el que la tasa de paro a estas alturas de año sea tan baja permitirá, anticipa el conseller, que la ocupación marque un nuevo récord en 2023. «Vamos camino de tener el año con más meses de pleno empleo en nuestras islas».

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Aunque Negueruela ha remarcado que este panorama debería servir para transmitir una «total tranquilidad en cuanto al desarrollo de la actividad económica», lo cierto es que la sombra de la falta de mano de obra vuelve a sobrevolar sobre prácticamente todos los sectores económicos también este año. Los constructores fueron los primeros, hace dos semanas, en alertar de la carestía de personal en todo tipo de perfiles; los hoteleros se sumaron a la queja una semana después, indicando que esperaban también una situación similar a la de 2022 y que se habían estado preparando para suplir la falta de mano de obra mediante soluciones tenológicas. Hoy las dos grandes confederaciones empresariales han vuelto a incidir en esta preocupación.

«Aunque la tendencia es positiva, afrontamos de nuevo la temporada alta con el problema de la falta de personal encima de la mesa», señala Carmen Planas, presidenta de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB).

Por su parte, el presidente de la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca (PIMEM), Jordi Mora, insiste en que sigue la preocupación por cubrir los puestos de trabajo de cara a la temporada alta. «De cara al verano las amenazas para el funcionamiento de las pymes se enmarcan en dos problemas estructurales: la falta de mano de obra cualificada y una vivienda muy cara para los trabajadores que se desplazan a Mallorca». En el caso de la falta de trabajadores cualificados, "es un problema que se va acentuando con el paso del tiempo y por falta de formación: no somos capaces de generar técnicos en diferentes áreas de profesionales y eso es un problema para la viabilidad de muchas empresas".

Al respecto, el conseller Negueruela mantiene que «todavía hay que ver cómo irá la temporada y cómo se comporta el mercado laboral en sus primeros meses». Con todo, puntualiza que el pasado año «fue muy particular», ya que «tuvo el matiz especial de que se reiniciaba la temporada» tras dos años de semiparón por la pandemia. En ese contexto, «hubo gente que no tenía la seguridad de cómo iba a ser la temporada y encontró empleo en otras comunidades autónomas u optó por quedarse más cerca de su territorio».

El hecho de que este sea «un año de consolidación», con el rápido avance de incorporación de los fijos discontinuos, debe permitir configurar un panorama distinto. «Es un año con mayor seguridad y del que ya se viene anticipando desde hace tiempo que tendrá una buena temporada», señala para argumentar que ese hecho debe generar «más certezas» entre la clase trabajadora. Asimismo, indica que, «al igual que el año pasado», también habrá rotaciones en función de las ofertas. «Las empresas que ofrecen mejores condiciones de trabajo reclutan antes que otras con condiciones no tan positivas».