En el verano del 2022 las Islas se pusieron por los pinchazos en las fiestas. | Imagen de Okan Caliskan en Pixabay

Las Islas vivieron el verano pasado, al igual que el resto del territorio nacional, una psicosis de denuncias y supuestos ataques de personas que se dedicaban a pinchar a las chicas en zonas de ocio a la que supuestamente les inyectaban una sustancia estupefaciente o medicamento con el objetivo de abusar sexualmente de ellas. Meses después, fuentes judiciales, policiales y del Instituto de Medicina Legal han llegado a la conclusión de que todas las denuncias cursadas en Balears resultaron ser falsas. Es más, los datos son extrapolables al resto de España donde también se tiene constancia de tal falsedad.

Estudio

Una vez analizados los resultados de las pruebas a las presuntas víctimas, en ningún caso fueron drogadas o se les administró sustancia alguna. «Del estudio realizado a nivel nacional se concluye que no se ha detectado absolutamente nada. Por cierto, a título personal puedo decir que se trata del peor método de sumisión química que conozco porque la víctima lo notaría y al ser pinchazos intramusculares los efectos no son inmediatos, sino a largo plazo», apunta Borja Moreno, médico forense del Instituto de Medicina Legal de Palma. «Podemos decir que la persona que inventó este método no es nada avispada», concluye el forense. En Balears, a la Guardia Civil le tocó investigar casi una decena de estos casos y a la Policía Nacional otros seis o siete. En todos ellos, los hechos denunciados no quedaron probados.

En agosto de 2022 se produjo la primera detención de un joven acusado de denunciar en falso un pinchazo en el interior de una discoteca de Platja de Palma con la intención de robar. Los hechos tuvieron lugar a principios del mes de agosto. Fue entonces cuando un menor, de 17 años y nacionalidad española, interpuso la primera denuncia registrada, en Palma, por un caso de pinchazo con robo en un establecimiento de ocio nocturno. Los investigadores iniciaron una exhaustiva investigación con la intención de esclarecer lo ocurrido en el interior de la sala, ubicada en la primera línea de playa, y localizar a los presuntos agresores.

El denunciante es un joven que afirmaba que, mientras estaba en el local, alguien se le aproximó, notó un pinchazo en una de sus piernas y, minutos después, comenzó a encontrarse mal y fue víctima del robo de varias de sus pertenencias. Nada más tener conocimiento de los hechos, los agentes responsables del caso tomaron de declaración al joven, los posibles testigos, visualizado de cámaras y otras pesquisas para el esclarecimiento de los hechos.

Hasta la fecha, era la única denuncia en vigor presentada en las islas cuya presunta víctima reconoce abiertamente haber sido objeto de un robo tras recibir el pinchazo. Tras numerosas gestiones e indagaciones policiales, se pudo comprobar que la denuncia era totalmente falsa. Es más, desde un primer momento se tenía serias dudas incluso de que el joven hubiera accedido al interior de la discoteca. Este hecho fue corroborado de inmediato por las cámaras de seguridad del local. Ahora, tras conocer los datos del estudio, todo era mentira.