Un camarero recoge una mesa ayer en un bar de Ciutadella. | Fela Saborit

La economía de Baleares creció un 6,4 % durante el primer trimestre de 2023, según el informe de Evolución Económica hecho ayer público la Confederacion de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB). Una subida que «abre un paréntesis» en la fase de desaceleración en la que se encontraban inmersas las Islas; concretamente, se registró una aceleración de 0,3 porcentuales respecto al trimestre anterior.

Así, se constata que la economía de Baleares ha asimilado su perfil al de la española, que también fortaleció su senda de crecimiento de enero a marzo y consiguió revertir la tendencia negativa que acumulaba con respecto de los niveles de actividad prepandemia. Todo ello, se recalca, dentro de un entorno en que la aceleración del crecimiento se dejó sentir entre algunas de las principales economías europeas como Italia o Francia.

Por islas, Ibiza y Formentera fueron las que exhibieron un mayor avance (7,1 %), seguidas de Mallorca (6,3 %) y Menorca (5,8 %). Según ha destacado la presidenta de la patronal, Carmen Planas, «si sigue esta tendencia a finales de 2023 acabaremos por recuperar todo el Producto Interior Bruto que la economía balear tenía en 2019».

Así, asevera el informe, se constata «una mejora del agujero que sigue arrastrando Baleares de los niveles de actividad prepandemia». Con todo, desde la patronal advierten de que «los riesgos a la baja amenazan con empañar una temporada alta de récord». En ese sentido, se espera que la actividad turística contribuya a espolear la economía en un contexto en que la inflación seguirá elevada y los efectos de segunda ronda mantendrán la tasa subyacente en niveles elevados.

«Todo apunta a que la economía balear dará continuidad a la tendencia a la moderación del ritmo de crecimiento como consecuencia, fundamentalmente, del impacto en el bolsillo de los consumidores fruto de una inflación elevada más persistente, del impacto del aumento de los costes de financiación para familias y empresas y del mantenimiento de elevadas dosis de incertidumbre», concluye el informe.