La portavoz de Vox, Idoia Ribas, conversa con Marga Duran, Sebastià Sagreras y Mauricio Rovira, todos ellos del PP. La diputada compareció después ante los medios de comunicación rodeada de prácticamente todo el Grup Parlamentario para exhibir su satisfacción con este acuerdo. | Pere Bota

En el teatro que supone la política, Vox escenificó ayer su victoria ante el PP con una rueda de prensa de su portavoz, Idoia Ribas, con presencia de casi todos sus diputados, en la que lanzó un mensaje sin matices: «Este acuerdo es mejor que una Conselleria».

Vox quiere demostrar que ha ganado en esta negociación con el PP, a pesar de que ha perdido su apuesta inicial, que era tener conselleries. Su trofeo es el documento con 110 medidas que ahora deberá cumplir Marga Prohens, a quien el jueves de la semana que viene entregarán la llave del Consolat de la Mar y el poder sobre las decisiones que tome el Govern. La victoria inicial se la ha apuntado Vox, pero el PP espera que el ajuste definitivo de cuentas llegue a final de legislatura.

Vox estaba exultante y además hizo todo lo posible para que se notara. «Queda claro que Vox sigue teniendo la clave de la gobernabilidad», alertó Ribas. «Vamos a tener el control para el cumplimiento del pacto», en un intento de que se visualice que Prohens está en sus manos. «No nos interesan las sillas sino que cambien las políticas», insistió.

Hito histórico

La portavoz del partido en el Parlament presumió de todas las cesiones del PP en el acuerdo firmado por las dos formaciones, pero de manera especial habló del «hito histórico» que permitirá que en Balears se puede elegir la lengua de la enseñanza «en todas las etapas de la educación». «Este acuerdo permite avanzar en derechos de los ciudadanos que durante años han estado oprimidos en materia de libertad lingüística», recalcó. «Nuestra prioridad es que se apliquen las políticas que queremos», insistió.

Más comedido se mostró su nuevo socio en el Parlament, Sebastià Sagreras, con quien además ha negociado durante todos estos días el acuerdo. «No hemos tenido mayoría absoluta y nos ha tocado negociar», reconoció, si bien dijo que se ha pactado un programa «compatible» con el del PP.

Negó que, a cambio de este Govern en solitario, el PP haya cedido a Vox entrar en los gobiernos del Consell de Mallorca y de Menorca. «Es una evidencia que la matemática del Parlament es diferente a la del Consell. En el Govern sumamos y nos basta la abstención de Vox, pero esta realidad no se da en los Consells», dijo. El PP alabó a Marga Prohens, por ser «una mujer de palabra».

Donde ayer se percibía preocupación y alarma era en los partidos de la oposición. «En 30 días retrocedemos 30 años», el portavoz adjunto del PSIB, Marc Pons. En su opinión, el PP acepta «todos los postulados de Vox», algo que supone un retroceso «de años». También mostró su indignación por la destrucción de «consensos básicos» que se han mantenido en Balears durante años. «Se cambian sillas por derechos», dijo.

«Marga Prohens ha venido a repetir lo peor de Bauzá». El coordinador de Més, Lluís Apesteguia lamentó que el PP dé «carta de naturaleza» a un grupo político que pertenece a la extrema derecha y que en otros países quedarían excluidos de la gobernabilidad. «Es la versión 2.0 de Bauzá», añadió.
Apesteguia señaló a Marga Prohens como la única responsable de este acuerdo porque fue ella quien decidió que no quería explorar «un bloque democrático». «Este pacto no se centra en los problemas de Balears ni en que los menores puedan o no ir a los toros. No hay ni una palabra sobre cambio climático», lamentó. «Este error histórico pasará factura al PP», dijo Apesteguia, que auguró que estas políticas traerán consigo un clima de gran crispación social como las que hubo con Bauzá.

Oficina Lingüística

Vox no estará en el Govern, pero tendrá a su cargo la nueva Oficina de Libertad Lingüística, un organismo que sustituye a la Oficina de Drets Lingüístics, una de las exigencias de Més en la pasada legislatura. Vox explicó que el acuerdo determina que la Oficina dependerá del Parlament y se articulará de una manera parecida a como se creó la Oficina Anticorrupció, que será eliminada. Su director será elegido por el Parlament, pero la propuesta será de Vox, que aún no tiene un perfil definido para este nuevo organismo.

La Oficina tendrá dotación presupuestaria propia y atenderá todas las denuncias que lleguen tanto de ciudadanos que consideran que sus derechos quedan vulnerados como de padres que presenten denuncias en los colegios por vulneración de la libertad de lengua.

Vox quiere, además, que la propia Oficina sea el verdadero organismo de control al Govern de Prohens en el cumplimiento de todas las medidas de libertad lingüística en la educación que figuran en el pacto.
En el acuerdo figura de manera expresa la supresión de la anterior Oficina «que ha servido como instrumento de la exclusión del castellano y de la imposición lingüística». El nuevo organismo pretende defender «la libertad de uso y opción lingüística y fomentar la protección tanto del castellano como del catalán y las modalidades lingüísticas».