Puesto de artesanía en un mercado en Palma. | PIMEM

El Gremio de Oficios Artesanos de Baleares ha tachado de «floja» la evolución de la temporada de 2023 y ha cifrado en un 15 por ciento la bajada de las ventas durante los meses de verano con respecto al mismo periodo de 2022.

Así lo ha indicado esta asociación integrada en la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca (Pimem), pese a reconocer que los meses de mayo y junio sí «se cumplieron las expectativas», según ha señalado a través de una nota de prensa de la agrupación de pymes.

Aún así, los artesanos de Baleares han afirmado que mantienen un «cierto optimismo» en que el mes de septiembre «sea más favorable, ya que el turismo es mejor y el residente vuelve a acercase al centro de la ciudad», ha argumentado la presidenta del gremio, Maite Ramiro.

Para la asociación, la principal causa de la bajada de ventas es «la excesiva oferta de mercados que hay en el centro de Palma». «No se sabe en qué pensaba el equipo municipal anterior cuando aprobó tantísimas ferias y mercados en los alrededores de s'Hort del Rei», ha recriminado Ramino, a lo que ha añadido que, durante el puente del 15 agosto, «hubo un mercado de aproximadamente 40 paradas con ventas durante todos los días y jornadas mucho más largas que las de los artesanos».

Esta situación, a su juicio, provoca una «competencia desleal y directa» contra los artesanos, ya que «estos mercados venden como artesanos productos de falsa artesanía comprada al por mayor».

En ese sentido, Pimem ha resaltado que el Mercado Artesanal de s'Hort del Rei, cuya primera edición tuvo lugar en 2012 en base a un proyecto presentado ante el Ayuntamiento por el propio Gremio, es «el único mercado 100% artesanal que queda en Mallorca, hecho clave y diferenciador ante la mucha oferta comercial que ofrece Palma».

La asociación ha incidido en que se reunirá en breve con el nuevo equipo municipal para «abordar las necesidades y problemática del sector». Los artesanos le trasladarán a la corporación municipal su petición de establecer un «criterio más restrictivo a la hora de ceder el espacio público a entidades y asociaciones no profesionales, algo esencial para defender a los pocos artesanos que quedan, porque son una especie en extinción», ha concluido Ramiro.