Jaume Bauzà en la sede de la Conselleria de Turisme en el carrer Montenegre.

En cuestión de fundamentos turísticos promete que no entrará como elefante en cacharrería. Jaume Bauzà (Montuïri, 1972) asume que hay debates ya superados que antes eran tabú para parte del sector y del espectro político, como el pago de la ecotasa o la existencia de saturación turística. De igual manera, asegura que no quemarán la actual ley turística para hacer borrón y cuenta nueva; ve el texto como una base muy aprovechable que precisa de cuatro remiendos.

¿Estamos todos de acuerdo en que hay saturación turística?
Considero que hay saturación turística en determinados lugares y momentos de la temporada, que reduciría a julio, agosto y la última quincena de junio, donde encontramos situaciones que no nos gustan a nadie. Pero huiría de decir que Illes Balears significa o es igual a masificación turística.

Los hoteleros culpan de la masificación al alquiler turístico y la oferta ilegal. ¿Comparte el diagnóstico?
No es tan simple. Hemos visto un aumento de 115.000 plazas turísticas en los últimos ocho años, lo que representa el 25 % del total. Las infraestructuras -agua, carreteras, transporte, etc- no han mejorado en la misma medida que ha crecido el turismo. Otro tema es la oferta ilegal, que no sabemos de cuántas plazas estamos hablando. Y si miramos la población residente, ésta también ha crecido: no creo que el turismo tenga que cargar con la culpa de todos los problemas que tenemos en esta tierra.

Su programa habla de aumentar en valor y no en volumen, pero también de derogar la moratoria de plazas y las políticas de decrecimiento. ¿Hay que poner límite o no al incremento de turistas?
El PP fue el primer partido que puso límites a los turistas y eso se tiene que poner en valor, no es un mensaje patrimonial de la izquierda: legislación anterior del PP ya establecía estos límites a través de los PIATS, la bolsa de plazas, etc. Nosotros venimos con el compromiso electoral de modificar la ley, aunque también es verdad que la moratoria no nos viene mal para la elaboración de la ley turística porque no hay ningún tipo de presión. Uno de los grandes rasgos de esta ley es que primará el intercambio: eliminar plazas obsoletas, oferta amortizada y de baja calidad y cambiarla por otra de más calidad. Queremos que el tema de la bolsa de plazas sea secundario; ha de primar la calidad sobre la cantidad.

¿Dos leyes nuevas en dos años no generan más inseguridad jurídica?
Es importante dejar claro que no venimos a hacer política de tierra quemada: si hay elementos positivos de la actual ley y de las anteriores, eso queda hecho. En la Conselleria estamos trabajando para analizar los efectos de las leyes turísticas que se han ido haciendo en los últimos 25 años y eso se tendrá en cuenta para la elaboración de la nueva normativa. Y se hará sin prisas y con el máximo consenso para que sea lo más perdurable posible en el tiempo.

¿Mantendrá el máximo de tres cruceros al día en temporada alta?
Consideramos que no tenemos que crecer en turismo de cruceros en temporada alta. Sí estudiamos cómo crecer en temporada baja y también cómo velar por que los cruceros que lleguen sean lo más sostenibles posible.

La Generalitat de Catalunya ha anunciado un impuesto a la contaminación para grandes cruceros. ¿Plantearía hacer algo así aquí?
Velaremos para que se prioricen los cruceros menos contaminantes y sabemos que las propias compañías trabajan en ello. Un impuesto como el catalán no se ha planteado en ningún momento y en todo caso escapa a mis competencias.

¿Camas elevables obligatorias sí o no?
Hay una ley que se ha de cumplir que dice que los hoteles se tienen que adaptar. Hay subvenciones para ello y una parte se ha consumido ya a través de fondos europeos.

¿También con la futura ley?
No estoy en disposición de decir sí o no, porque la nueva ley debe ser pactada y consensuada.

¿Hay inversiones de fondos europeos en peligro?
Sí, y no quedará por esta conselleria adaptar y sacar las convocatorias necesaria para gastar todo el dinero. También se está luchando para que los plazos de ejecución que acaban en 2024 sean en 2026. Se hará todo lo posible para que no se tenga que devolver ni un solo céntimo.

Sostiene que el decreto ley contra el turismo de excesos ha sido un fracaso.
Consideramos que es muy mejorable. Desde que se aprobó no ha conseguido parar estas imágenes negativas y virales que todos conocemos. Se debe modificar con medidas cautelares tal vez más intensas, atacar más las actitudes del infractor... Cuando dije lo de fracaso me refería sobre todo a que el decreto está bajo una subcomisión que no se ha reunido nunca desde que se aprobó y que es la que tiene que hacer propuestas de actuación a Govern, ayuntamientos y Delegación de Gobierno. Esta subcomisión está compuesta por partidos políticos, patronales, asociaciones vecinales... Es precisamente la gente que está sobre el terreno y es la que más puede aportar.

No están de acuerdo ni con el nombre del decreto.
La terminología negativa, en cualquier aspecto, resta más que suma y pone en el foco determinadas zonas de ocio y las empresas que operan allí.

Vecinos y hoteleros se quejan de que Playa de Palma ya es ingobernable porque el incivismo y la delincuencia campan a sus anchas.
Tenemos problemáticas como la falta de policía, dificultades para que sigan viniendo los refuerzos de la Península por el coste de la vida. Es un problema transversal y somos los primeros en apostar por la erradicación de estas actitudes.

El debate 'ecotasa sí, ecotasa no' lo damos por superado ya.
Está superado en cuanto al pago; otro tema es la finalidad del impuesto. Creemos que ha de ser para cuestiones medioambientales y mejora de la oferta turística. La inversión pública no ha estado a la altura de la privada en algunas zonas.