Un camarero sirviendo en la terraza de un bar. | JOSEP BAGUR

La Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre ha confirmado lo que ya iban apuntando mes a mes sobre Balears los datos del paro que mes a mes publica el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). El Archipiélago lideró la creación de ocupación a nivel estatal de julio a septiembre con un total de 675.500 personas, lo que representa un incremento del 5,5 % respecto al trimestre anterior y del un 3,3 % respecto al mismo trimestre de 2022.

Asimismo, la tasa de paro es la más baja de todas las comunidades autónomas: un 5,7 % ante el 11,8 % de media estatal. La cifra de parados fue de 41.000 personas, lo que supone un descenso del 17 % con respecto al trimestre anterior -algo anterior, por otro lado, ya que hablamos de los principales meses de la temporada alta- y un ligero aumento del 2 % con respecto al año anterior (800 parados más que en el tercer trimestre de 2022).

El peso específico que mantiene el sector servicios en la economía balear ha vuelto a hacerse evidente en los datos, que indican que concentró hasta el 85,5 % de la ocupación de las Islas en el tercer trimeste. Le siguieron, por este orden, la construcción (8,4 %), la industria (5,4 %) y la agricultura (0,7 %).

El conseller d’Empresa, Ocupació i Energia, Alejandro Sáenz de San Pedro, destacó que se trata de cifras «muy positivas» que además «confirman que esta ha sido una temporada récord y que tenemos una industria turística fuerte gracias al esfuerzo de las empresas y los trabajadores».

Desde el lado de los agentes sociales, patronales y sindicatos coinciden en que hay que aprovechar este clima de bonanza para implementar los cambios que precisa la economía y el mercado laboral baleares. Por parte de las patronales, la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB), su presidenta, Carmen Planas, destacó que los datos «confirman las buenas perspectivas» que se tenían de cara a la temporada alta. No obstante, remarca el crecimiento del número de parados con respecto al año anterior, un hecho que «pone de manifiesto que algo no está funcionando porque necesitando mano de obra en casi todos los sectores hemos tenido más desempleados».

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Por último, Planas señaló que aunque la temporada «ha sido excelente» y de que, además, sigue prolongándose al igual que ocurriera en 2022, «la situación de inestabilidad política no ayuda y también debemos ser cautos ante el enfriamiento y la desaceleración que se están anunciando de cara a 2024».

Desde la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca (PIMEM), su presidente, Jordi Mora, señaló que los datos de la EPA reflejan «la inercia de un buen verano». Con todo, insta a Govern y a agentes sociales a «no demorar los grandes retos para hacer más competitiva nuestra economía: formación, innovación, sostenibilidad y diversificación económica».

De esta manera, la patronal aboga por aprovechar los «escenarios de bonanza» para afrontar estos desafíos y trazar nuevas estrategias, haciendo especial hincapié en la formación para dar respuesta la ya casi estructural falta de mano de obra especializada.

Por parte de los sindicatos, UGT y CCOO coinciden con las patronales en que los buenos datos de empleo no deben disimular otras necesidades y carencias de la economía balear, aunque difieran en la lectura y en el diagnóstico. Así, el secretario general de UGT, Lorenzo Navarro, mostró su preocupación por que el crecimiento económico y la bajada del paro no estén sirviendo para reducir la desigualdad ni que los trabajadores «puedan acceder a una vivienda o llegar a fin de mes». Por otro lado, reivindicó políticas para «abrir la economía a otros sectores» y así ayudar a «tener empleo todo el año».

Por último, desde CCOO se defendió que los buenos datos empleo «deberían de ir acompañadas de una mejora sustancial en las condiciones de vida y de la calidad de los puestos de trabajo». Además, volvió a denunciar que las cargas de trabajo de este verano han sido «excesivas».