Vistas de la ciudad de Ibiza. | Archivo

Baleares lidera en lo que llevamos de 2023 la caída de compra de vivienda por parte de extranjeros a nivel estatal. El escenario pospandémico, la incertidumbre económica, social y geopolítica, acuciada por conflictos bélicos como los que protagonizan Rusia y Ucrania o el más reciente entre Israel y Palestona, han hecho que la demanda descienda de manera notable, tal y cómo confirman desde la Asociación Balear de Inmobiliaria Nacional e Internacional (ABINI).

Su presidente, Hans Lenz, ratificó esta tendencia decreciente respecto a los últimos años, dejando además unos datos que, en el mes de agosto pasado, fueron los más bajos desde el año 2015, lo que obligará a parte del sector a «ajustar sus expectativas», reflejando a la vez un aumento de la demanda en la Part Forana de Mallorca y un crecimiento del número de agencias del segmento en localidades fuera de Palma y más allá de escenarios ya consolidados.

Ese descenso en la compra de vivienda por parte de clientes o residentes foráneos, contrastado por datos del Colegio Oficial de Registradores de la Propiedad y Mercantiles, fue del 31 % en el primer trimestre de 2023, una cifra que se redujo levemente durante el segundo, para quedarse en un 28 % respecto al anterior ejercicio.

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Pero el mes de agosto, que marca un punto de caída tope en el año en curso y deja el dato más elevado en ocho años, se situó en el 38 %, incluyendo en el mismo a los residentes, lo que plasma el descenso en el volumen de negocio entre ese perfil de cliente que busca hacerse con una propiedad en Baleares.

Y es que el cliente extranjero supone el 35 % del mercado total de la compraventa de viviendas en las islas, con Alemania como principal emisor de potenciales compradores, llegando al 60 % dentro del global del 35 %, seguido por Gran Bretaña (12 %), pese al frenazo que ha supuesto el 'Brexit', destacando otros mercados en auge como el italiano, que supone cerca de un 7 % -especialmente en Ibiza y Formentera, pero cada vez más en las otras islas- y se apoya también en ciudadanos argentinos con pasaporte transalpino, u otros en crecimiento a nivel estatal y que han llegado a Baleares, como Polonia.

Un perfil que no acaba de despegar es el del estadounidense, quien pese al crecimiento en cuanto a número de visitantes, sigue ocupando un porcentaje y un nivel de crecimiento muy bajo respecto al global, siendo superado por otros como los residentes chinos, como confirman desde ABINI, que trabaja de la mano del Colegio Oficial y Asociación de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Baleares.