ANA PEREZ La obra de Antoni Tàpies ha viajado por cuarta vez al Centre de Cultura Contemporània Pelaires. Dieciséis años después de acoger la última exposición del artista catalán, el centro celebra su trigésimo aniversario con «Senzillament Tàpies». El artista, que se desplazó a Palma para la inauguración, alabó la figura de Joan Miró, a quien definió como su «maestro», para después añadir que «medio en broma» considera que tiene dos modelos en su carrera, uno bueno y otro malo. «El bueno es Miró, que transformó el arte, y el malo es Dalí, que tenía unos temas muy extravagantes pero no aportó ninguna novedad a la historia de la pintura».

Para Tàpies, las obras que puede verse en las salas del CCC Pelaires «son una pequeña selección de la década de los 90, 48 obras que incluyen cinco esculturas y una serie de grabados». Según el artista, en esta exposición «se aprecia una mayor atención a los cuerpos volumétricos y una presencia acentuada de pequeños objetos cotidianos».

«He vuelto a utilizar materiales rugosos, donde pueda pelear más», asegura quien durante la década de los 80 trabajó especialmente con barnices, que fueron presentados en la antológica «La celebració de la mel».