De origen gallego, Cora reside desde hace años en Eivissa dedicada íntegramente a desarrollar su vocación plástica.

A partir del próximo viernes día 1 la pintora gallega residente en Eivissa Cora presentará en la galería Altamira una exposición titulada «Ibiza y Galicia» en la que la artista rinde un homenaje plástico a dos regiones hacia las que siente una particular devoción. La muestra individual, en la que se combinan creaciones sobre Galicia con las dedicadas a la isla, permanecerá abierta al público hasta el 20 de octubre.

De formación autodidacta, Cora nació en Vivero (Lugo) y sintió la afición por la pintura desde la infancia, hasta el punto de que decidiera abandonar años más tarde su profesión de abogada para dedicarse íntegramente a desarrollar su vocación plástica. Su interés por el arte le ha llevado a estudiar las principales pinacotecas y los museos arqueológicos y etnológicos más importantes, tanto a nivel nacional como internacional. Su curriculum profesional presenta numerosas exposiciones en las que destaca un colorido vivaz de exaltación de la naturaleza que le rodea, ya sea el de su tierra nativa o los paisajes de Castilla-León, Cantabria y Asturias, donde residió durante un tiempo antes de instalarse en Eivissa. Su primera exposición en la isla fue en 1993 en la sala de «La Caixa» y desde entonces ha mostrado su trabajo con regularidad, tanto en muestras individuales como colectivas, y ha participado en varios premios.

En el catálogo que se ha editado para esta nueva exposición de Cora, aparecen distintas valoraciones y puntos de vista personales sobre su trabajo. Martín Vila Cardona, licenciado en Historia del Arte, dice al respecto: «Sus cuadros son ventanas abiertas a la naturaleza y a la filosofía de la vida cotidiana; de ellos se pueden extraer historias o inspirar poemas, debido a la gran carga de realismo lírico que atesoran. La pintora consigue lo imposible, usurpar la belleza a la naturaleza al convertir sus fantasías bucólicas en obras de una apacible dulzura poética». Rosa Vallés, escritora y catedrática de Geografía e Historia, afirma que la obra de Cora «es figurativa en la forma, con detalles minuciosos, pero la artista busca transmitir emociones con su recurso cromático, desde los rojos de las buganvillas y las amapolas, los dorados solares, los diversos tonos de la vegetación, pasando por las tonalidades verdeazuladas de la mar pitiusa, hasta la explosión vital de la blanca flor del almendro».