A sus 82 años de edad, Vicent Ferrer Guasch es el pintor ibicenco más veterano en activo.

«Pintar para mí es fundamental en mi vida; siempre tengo ganas de encontrarme en el estudio delante de la tela». Así de tajante se mostró Vicent Ferrer Guasch para explicar su dedicación a una trayectoria artística que ya dura 67 años y en la que (como demuestra la exposición que se clausura el día 16 en «Sa Nostra») sigue demostrando su preocupación por reflejar una Eivissa ideal con el tesón de un método empecinado: «Nunca he creído en la inspiración, ni en la improvisación, sino en un estudio serio de cada tema, de la composición interna del cuadro, reduciendo al máximo lo que me ofrece el natural para quedarme con lo esencial», explicó a este periódico.

Serio, metódico y con un talante poco dado a las componendas, Ferrer Guasch sigue manteniéndose fiel a unos principios que son sus señas de identidad: «Soy y he sido una persona que ha seguido siempre un camino, equivocado o no, con el convencimiento de que era el que reflejaba mi manera de ser. Y así pienso seguir mientras tenga fuerzas para ello», señaló.

Convencido de su compromiso con el arte y la vida, Ferrer Guasch se muestra satisfecho de la trayectoria que ha seguido a lo largo de su dilatada biografía: «Es una larga vida de trabajo, de la cual me siento orgulloso, porque creo que siempre he tenido un ideal claro de lo que es Eivissa y lo que quería que fuese». Aunque reconoce alguna amargura: «Desgraciadamente, no ha sido así; y quizás yo tampoco he hecho mucho para mejorarlo, salvo en mi pintura».

Aunque anduvo cerca de incidir en la vida de la isla desde otra atalaya muy distinta de la artística: «Estuve a punto de ser alcalde de Eivissa, pero el gobernador civil creyó oportuno nombrar a otra persona. Una pena, porque creo que hubiera hecho algo positivo, pues soy bastante radical y no me hubiera temblado el pulso para tomar algunas medidas necesarias; aunque fueran en contra de opiniones interesadas, esas que, por desgracia, abundan aquí y en todas partes, ya que los intereses materiales son siempre superiores a cualquiera otros», reflexionó.