Como ha ocurrido en el resto de España, la noticia del fallecimiento de Rafael Alberti también ha impresionado en Eivissa a los muchos admiradores de su larga trayectoría poética y vital. Entre ellos se encuentra el poeta ibicenco Marià Villangómez, quien en declaraciones a este periódico, lamentó la pérdida del último representante de la Generación del 27: «Me he enterado por la radio y lo he sentido mucho. Ha tenido una vida muy larga, muy completa, casi un siglo, y ha dejado una gran obra poética».

Aunque Marià Villangómez no tuvo ocasión de conocer personalmente a Rafael Alberti cuando vino en junio de 1936 para pasar unas vacaciones con su compañera sentimental, María Teresa León, sí mantuvo contactos indirectos con el poeta andaluz : «Personalmente le conocí cuando vino en la primavera de 1987, pero antes tuve una relación indirecta con él a través de su yerno, el marido de su hija Aitana. Yo traduje al catalán su poema «Retornos de una islas dichosa»; Otero se lo llevó a Roma, donde vivía entonces, con mi encargo para ver si lo podía publicar. La contestación fue madarme el poema manuscrito con esa letra suya tan particular. Era como un cuadro escrito, y así lo tengo, enmarcado en casa», explicó el poeta.

Más tarde, Villángomez traduciría también «Retorno del amor fugitivo en los bosques», otro de los poemas que Alberti incluyó en su libro «Retornos de lo vivo lejano»: «Me parece uno de sus grandes libros, como el de «Sobre los ángeles», de corte surrealista y tan hermoso; y, por supuesto, el de «Marinero en tierra», una obra también magnífica, y original por la forma, pues inaugura una cosa nueva y popular, basada en los romanceros y cancioneros antiguos», apuntó.