«Es muy difícil poner una etiqueta, entre otras cosas porque no hay ninguna que sea como un traje a medida; pero digamos que uso el símbolo como mediador para comunicar cosas». Así explicó a este periódico Jorge Conde la intención de su pintura, de la que una selección de sus trabajos de los últimos tres años se presenta por primera vez en Eivissa en la exposición que se inaugura a las ocho y media de esta tarde en la galería Alhadros. «La misma figura no es tanto una figura, sino un símbolo de algo; así que por poner una etiqueta sería la de figuración simbolista y lírica», añadió.

Las obras que el joven artista presenta en la galería ibicenca «tienen mucha textura» y están realizadas con técnicas mixtas y materiales «como polvo de mármol, piedra pómez, resinas de poliester, y después pintura acrílica y óleo». «Sobre todo la construcción de la textura involucra materiales que no son los que tradicionalmente ha venido usando la pintura de caballete», apuntó.

La formación académica de Jorge Conde (Barcelona, 1968) presenta una curiosa variedad de campos que van desde estudios de ingeniería eléctrica en California hasta la licenciatura de Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, pasando por cursos de Doctorado en Filología y Literatura Hispánicas. Una formación ecléctica, como lo es su arte, en el que la figuración y la abstracción se juntan y revuelven con naturalidad. «Es que yo tengo 32 años y soy heredero de todo; por eso intento hacer un uso propio de recursos pictóricos de la tradición y las vanguardias, aprovechando todas las posibilidades que ha ofrecido la historia de la pintura hasta ahora», aseguró con toda tranquilidad.

Por eso considera un error enfrentar la abstracción a la figuración. «Se pueden usar de manera complementaria para que se potencien mutuamente». Y habla en primera persona. «Yo empecé con la abstracción, luego pasé a una figuración hiperrealista y ahora estoy destilando un lenguaje que viene de muchas fuentes». Y cita algunos referentes: «Los prerrafaelistas, por una parte; pero por otra te puedo hablar de Rothko o los informalistas, como Tàpies», concluyó.