Estado en que se encontraba el ancla antes de ser sometida al proceso de restauración. Foto: G.R.

La consellera de Cultura del Consell Insular, Fany Tur, valoró ayer muy positivamente la primera fase de la restauración del ancla de hierro del siglo XVIII encontrada en 1997 por un particular en las proximidades de la Mola. Según el informe emitido por los técnicos del Consell, para llevar a cabo dicha primera fase de la restauración se ha optado por un proceso de eliminación de cloruros en un medio fuertemente básico. Este proceso consiste en desalar la pieza mediante baños de agua dulce y la cantidad necesaria de hidróxido sódico, elemento que favorece y acelera la desalación.

Una vez completado el proceso de desalación del hierro, se volverán tomar muestras y, seguramente, según sea el grado de salinidad residual, se pasará a la fase siguiente, consistente en el secado del ancla, que se realizará de forma gradual y sin oscilaciones fuertes de temperatura. Finalmente, cuando este completamente seca se podrá completar el proceso efectuando, a la mayor brevedad posible las siguientes intervenciones: consolidación de las partes más débiles; eliminación mecánica de las concreciones calcáreas que aún resten en la pieza, así como los restos de agua y de corrosión; estabilización del conjunto, y Aunque aún falta por determinar el lugar concreto, la intención de la Conselleria de Cultura es que una vez completada la restauración del ancla, esta sea expuestas en un lugar público para que pueda ser contemplada por los residentes y turistas de la isla.

La labor de restauración del ancla del siglo XVIII ha sido llevada a cabo por la arqueóloga-restauradora de Formentera Maria Josep Escandell Torres, y el presupuesto de la misma ha sido de casi un millón de pesetas. Sus dimensiones, de un tamaño considerable, son de 5'60 metros de largo por 2'60 de ancho.