Peter Phillips pasa desde 1984 largas temporadas en su residencia de Felanitx. Foto: G. ROMANÍ.

JULIO HERRANZ/G.R. «Todavía no me he hartado, sigo considerándome un artista pop, sólo que ahora utilizo los ordenadores». Así resumió Peter Phillips su adscripción y devoción por la cultura pop, en la que tiene ganado un reconocimiento internacional. El artista británico presenta hasta el próximo 13 de noviembre en la Sala de Cultura de «Sa Nostra» de Sant Francesc la exposición «Private Collection. Obra gráfica 1965-2000». «Es una selección del material que obra en mi poder y no está a la venta. Los más antiguos son ejemplares únicos, sólo tengo copias de las más recientes», apuntó.

Recientemente, la prestigiosa Tate Gallery de Londres adquirió «la primera parte de esta colección», informó Phillips a este periódico en su primera visita a Formentera. «No conocía la isla aún; es muy bonita, pero bastante pequeña». Desde 1984, el pintor pasa largas temporadas en su residencia de Felanitx, «pero nos movemos bastante; ahora nos vamos a Nueva York», precisó el artista, casado con una reconocida diseñadora, Claude Phillips.

Los iconos de la cultura de masas del último medio siglo, vistos a través de una mirada irónica y crítica, son el material del que se nutre el Pop Art, un estilo que, según Peter Phillips sigue todavía vigente en cuanto concepto. «El pop es un movimiento artístico más, que fue, es y será; pero el tratamiento y la visión, claro, es distinta del que hacíamos en los 60», señaló. «El gran mérito del Pop Art es que abolió el snobismo y recuperó la libertad de hacer lo que a uno le viniera en gana, sin coacción».