«Lo único que hemos hecho con esta urbanización ha sido tratar de perpetuar un lenguaje, un sistema de formas que existía desde hace siglos, y adaptarlo a los usos y a las necesidades de los hombres de hoy». Esta es una de las explicaciones que dio el arquitecto catalán Josep Lluís Sert (Barcelona 1902-1983) acerca de la urbanización de Can Pep Simó, en Punta Martinet, un proyecto que comenzó a gestarse en 1964 y que ahora ha sido catalogado por el Consell Insular como Bien de Interés Cultural, un título que, hasta ahora, parecía destinado únicamente a los bienes del llamado patrimonio histórico.

El actual reconocimiento a esta pequeña joya de la arquitectura moderna tiene su inicio en diciembre de 1998, cuando desde la demarcación pitiusa del Col·legi Oficial d'Arquitectes de Balears se remitió la propuesta a la Comissió de Patrimoni del Consell. Tras más de un año de gestiones (complicadas por el hecho de que en la urbanización hay un buen número de propietarios que no residen en Eivissa), uno de los sueños arquitectónicos de Sert ha merecido el reconocimiento de las instituciones.

La urbanización de Can Pep Simó está integrada en su conjunto por diecisiete viviendas, de las que Josep Lluís Sert es autor de siete (las casas Jutta, Valls, Gomis, Sert, Francisco Sert, Zao-Wo-Ki y los apartamentos Es Fumerals). Pero el ejemplo del insigne arquitecto caló hondo y en la misma urbanización pueden contemplarse obras de otros reputados arquitectos como Erwin Broner (Casa Dodane), Elías Torres y José A. Martínez Lapeña (Casa Gili, la más actual de todas ellas, contruida entre los años 1985 y 1987) y Germán Rodríguez Arias (El Bungalow), entre otros.